(16/02/2012) El consejero realizó estas declaraciones en el transcurso de una visita realizada a las obras de construcción de la nueva estación de Durango, las cocheras y talleres de Lebario y el desdoblamiento Traña-Lebario.

Arriola aseguró que “este gobierno ha tenido que hacer un importante redimensionamiento del proyecto cuyo coste inicial (67,3 millones de euros) se ha multiplicado considerablemente hasta situarse en 219 millones de euros”.

Actualmente, el 77 por ciento de la obra está ejecutado y hasta el momento se han invertido en el proyecto 177 millones de euros. “Lo único que hemos paralizado es la construcción del edificio de más de cincuenta millones de euros que iba a diseñarla arquitecta Zara Hadidy que iba a convertirse en la nueva sede de Euskotren y en oficinas”, declaró Arriola. “Creo que en los tiempos que corren cualquier ciudadano puede compartir nuestra decisión de no gastar tanto dinero en un edificio”, señaló.

Para el ejercicio 2012 el Gobierno vasco, a través del gestor vasco de infraestructuras ferroviarias, Euskal Trenbide Sarea (ETS), ha presupuestado 12,9 millones de euros, mientras que en 2013 se destinarán otros 14,3 millones. La previsión, no obstante, es que estas partidas se complementen con otras recogidas en el presupuesto de ETS y Euskotren, hasta alcanzar una inversión de 42,3 millones de euros en los ejercicios 2012 y 2013 con el objetivo de finalizar la obra.

Arriola recordó que la operación Durango supone la mayor inversión en red propia que ha tenido nunca el Departamento que dirige, además de la que cuenta con más presupuesto para este año, y que 2011 fue el año en el que más se invirtió en esta actuación.

Operación Durango

La intervención integral en Durango tiene como objetivo principal el desdoblamiento de la línea ferroviaria entre Amorebieta y Durango, y es una de las operaciones más ambiciosas que afrontan los ferrocarriles vascos.

Debido a que el trazado ferroviario a su paso por el municipio vizcaíno de Durango discurre por el centro urbano, se soterrará el actual trazado en casi cuatro kilómetros. Como consecuencia, se eliminará la barrera urbanística que supone la traza ferroviaria, se liberará el suelo ocupado actualmente por las instalaciones ferroviarias y se eliminarán todos los pasos a nivel existentes en la zona.

La actuación en la línea férrea ha sido dividida en varios tramos y fases, para provocar la mínima afección en el servicio de tren y poder concluir las obras, que comenzaron en diciembre de 2004, con la máxima celeridad posible.