Cookie Consent by FreePrivacyPolicy.com Israel quiere construir un ferrocarril entre Tel Aviv y el Mar Rojo como alternativa al Canal de Suez

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Tendría una longitud de 350 kilómetros y su presupuesto se elevaría a unos dos mil millones de euros

Israel ha anunciado su intención de construir un ferrocarril entre el Mar Rojo y el Mediterráneo para evitar el canal de Suez. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha explicado que el proyecto ha suscitado "un gran interés" entre los principales exportadores de la India y China.


(14/02/2012) El proyecto pretende unir Eilat, en el Mar Rojo con Ashod, en el Mediterráneo, situado a unos treinta kilómetros al sur de Tel Aviv. Desde este puerto, las mercancías se distribuirían por el Mediterráneo. El ferrocarril tendría un total de 350 kilómetros de longitud y su presupuesto se elevaría a unos dos mil millones de euros. 

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El proyecto debe todavía aprobarse oficialmente y asegurar su financiación, aunque ya se ha apuntado desde el gobierno israelí que China está dispuesta a asociarse con el país para cofinanciar el proyecto. El gobierno se ha comprometido a despejar en tres meses cómo y con quien se financiará el ferrocarril. Además de la financiación y de la aprobación final por parte del ejecutivo, tampoco se han dado cifras sobre el volumen de mercancías que esta infraestructura podría atraer.

El Singapur del Mediterráneo

"La creación de esta línea es de importancia estratégica, tanto en el plano nacional como en el internacional", afirmó Netanyahu ante la prensa hace unos días. La prensa del país ha destacado que, además de un interés económico, el proyecto esconde una necesidad de seguridad ante la inestabilidad en Egipto y el ascenso de los partidos islamistas en la región.

El pasado año, el Canal de Suez absorbió el 8 por ciento del comercio marítimo mundial y las perspectivas van en aumento, por lo que no es de extrañar que Israel quiera ocupar una buena posición en esta ruta construyendo una alternativa al actual paso marítimo. No es la primera vez que el primer ministro israelí confiesa su intención de convertir Israel en el Singapur del Mediterráneo.