Una de cal y otra de arena para la operadora alemana Deutsche Bahn. Justo la misma semana en la que presentaba sus resultados anuales de 2010, que devuelven a la empresa a los números negros, las autoridades comunitarias inspeccionaban por sorpresa sus oficinas ante la sospecha de que está abusando de su posición dominante en el mercado y quebrantando la normativa de competencia de la Unión Europea.
(05/04/2011) La Comisión Europea anunciaba la intervención, realizada en cooperación con las autoridades alemanas, el pasado martes: “La Comisión tiene razones para creer que Deutsche Bahn podría haber quebrantado las reglas antitrust de la Unión”. Las sospechas se dirigen principalmente a Deutsche Bahn Energie, una división de la compañía que suministra electricidad a los trenes alemanes. Según diferentes quejas y denuncias recibidas por la Comisión, la operadora podría haber dado un trato preferencial a su propio suministrador y, por extensión, haber inflado los precios.
Los investigadores insisten en que el proceso está todavía en una fase preliminar y no es posible concretar si la empresa alemanda ha infringido la ley. Deutsche Bahn, por su parte, confirmó a la agencia AP su disposición a colaborar con la justicia.
La noticia supuso un jarro de agua fría en una semana que se antojaba triunfal para la ferroviaria alemana. En una conferencia de prensa, su primer ejecutivo, Rüdiger Grube había anunciado ganancias de “doble dígito” y sostenibilidad en el gasto durante 2010. Según sus cuentas, Deutsche Bahn, nombre completo de la operadora, cerró el pasado año con la cifra récord de 42 millones de pasajeros y beneficios suficientes como para ofrecer una paga extra por resultados de trescientos euros a sus 155.000 empleados en Alemania.
La operadora alemana puede sacar pecho con sus datos de 2010: sus ingresos subieron un 17,3 por ciento respecto del ejercicio anterior, superando los 3.440 millones de euros. La compañía también fue capaz de reducir su deuda en algo más de mil millones, aunque excluye de la partida el gasto correspondiente a Arriva, que mantiene servicios ferroviarios en diferentes países europeos, entre ellos España.
Los buenos datos también llegaron a la división mercante de la firma, DB Schenker Rail, que vio cómo aumentaba su volumen de negocio un 12,6 por ciento hasta los 105,8 billones de toneladas/kilómetro. El aumento del transporte se ha registrado, fundamentalmente, en Alemania y el mercado asiático.