Cookie Consent by FreePrivacyPolicy.com La Junta de Andalucía protege un trazado ferroviario por su valor cultural

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El antiguo ferrocarril minero del Puerto de La Laja-Las Herrerías ha sido catalogado como Lugar de Interés Industrial.

El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía acordó inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la tipología de Lugar de Interés Industrial, las instalaciones y trazado del ferrocarril Puerto de la Laja-Minas de las Herrerías. Situado en Huelva, este trazado ha sido recuperado como la Vía Verde del Guadiana y la figura de protección incluye tanto el propio trazado ferroviario como el cargadero fluvial sobre el río Guadiana, además de los poblados minero ferroviarios de La Laja y la Cañada del Sardón


La Junta de Andalucía protege un trazado ferroviario por su valor cultural
 
La resolución de la Junta de Andalucía protege 11,5 kilómetros del antiguo ferrocarril minero
 
 

(24/02/2011) Los ferrocarriles mineros de la provincia de Huelva fueron el tejido que drenó la producción de los cientos de minas de las sierras y que encaminó su producción hacia los puertos, ya fueran de la costa o, como es el caso que nos ocupa, en pleno río Guadiana, en su tramo internacional navegable.

Estos ferrocarriles son parte de un paisaje industrial de alto valor patrimonial. La Junta de Andalucía ha reconocido este valor a uno de ellos, el que unía las minas de Las Herrerías con el cargadero fluvial del Puerto de la Laja. El reconocimiento lo ha sido en el marco de la protección de un conjunto de bienes del patrimonio industrial ligados al transporte del mineral y el habitar minero.

El bien protegido, en la categoría de Lugar de Interés Industrial, ocupa una superficie de 24,8 hectáreas y abarca tanto los barrios mineros de la Laja y del Sardón, el muelle-cargadero de mineral a orillas del río Guadiana, y la línea de ferrocarril que comunica ambos asentamientos, hoy convertida en la Vía Verde del Guadiana en su tramo desde la Mina La Isabel hasta el Puerto de La Laja.

Historia del Ferrocarril

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 El cargadero fluvial sobre el Guadiana, en el Puerto de La Laja, es un punto de especial valor paisajístico y patrimonial.

Todo el complejo minero asociado a estas instalaciones fue promovido fundamentalmente por dos compañías extranjeras; la inglesa 'The Bede Metal & Chemical Company Limited', en el siglo XIX, y la francesa "Société Anonyme Saint Gobain, Chauney et Cirey", a principios del XX.

El decreto de protección aprobado por el Consejo de Gobierno incluye parte de la antigua línea del tren minero, el tramo entre la Laja y el Sardón, de 11,5 kilómetros de longitud y obra del ingeniero alemán Guillermo Roëdiguer Zemmermann, que también participó en los trazados de Buitrón, Riotinto y Huelva-Zafra.

Entre las estructuras que aún persisten en esta vía destacan los puentes del Paraje de la Fragua y de Charco Lobo. El ferrocarril llegó a tener 32 kilómetros de longitud total, de los cuales diecisiete han sido recuperados como vía verde y una pequeña sección, muy próxima a su término en Las Herrerías, ha quedado anegada por una recula del Embalse del Andévalo.

Otro de los elementos protegidos es el muelle-cargadero del Puerto de la Laja se construyó en 1858 para dar salida al mineral extraído de las minas de Herrerías, La Isabel, Cabeza del Pasto y Santa Catalina, localizadas en los términos de El Almendro, Puebla de Guzmán y El Granado.

Sus instalaciones, que fueron ampliadas y modernizadas en la segunda década del siglo XX, aprovechan la pendiente natural de la ribera y constan de tres partes escalonadas bien diferenciadas: la plataforma donde se asentaba la maquinaria, de 150 metros de longitud y adaptada al perfil curvo del cauce fluvial; un segundo espacio de nivel intermedio que servía para acopio y recepción del material, y el edificio de almacenaje. 

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 Mapa del tramo recuperado como Vía Verde del Guadiana


Dos poblados ferroviarios también protegidos 

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 Uno de los diversos túneles que jalonan la ruta de este escarpado y sinuoso ferrocarril

La construcción de este muelle-cargadero originó la fundación, en el último cuarto del siglo XIX, de un asentamiento que aún conserva parte de la trama urbana y del caserío original. El núcleo se caracteriza por las 'cuarteladas', una tipología de viviendas mineras de reducidas dimensiones y organizadas en hileras paralelas. Junto a estas edificaciones sencillas, de una o dos plantas, sobresalen otras de mejor factura, como la antigua casa del ingeniero, la capilla o la casa de los curas.

Parte del conjunto ha sido rehabilitado para su actual explotación turística y está reconocida como “Aldea Ferroviaria Mixta” por el Inventario de Poblados Ferroviarios de España que elaboró en 2004 la Fundación de los Ferrocarriles Españoles. Este carácter mixto deviene de que en Puerto de La Laja vivían tanto mineros como ferroviarios y responsables de las operaciones náuticas del embarcadero. Otros investigadores, como Emilio Romero y Juan López ya habían postulado el valor de este enclave para hacerlo acreedor de esta catalogación.

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 Tramo recuperado como Vía Verde del Guadiana

Por su parte, el poblado del Sardón surgió a finales del siglo XIX como un pequeño asentamiento para el almacenaje y carga de mineral, cuando funcionaba el cable aéreo que transportaba el material hasta el Puerto de la Laja. La construcción en 1912 del último tramo del trazado ferroviario provocó su transformación en estación de ferrocarril. En la actualidad, el núcleo conserva el alzado de los muros de las viviendas cuarteladas.

Las instalaciones de esta línea férrea, el muelle-cargadero del Guadiana y los poblados del Puerto de la Laja y El Sardón, testimonios de la intensa actividad minera de la provincia de Huelva en los dos últimos siglos, forman parte de un abundante patrimonio industrial legado por compañías extranjeras, generalmente inglesas, que también dejaron su huella en otros enclaves onubenses como Minas de Riotinto, Nerva, la Zarza, Tharsis, el Perrunal y el Lagunazo.

No este éste el primer caso de protección de una línea ferroviaria, En Andalucía, por ejemplo, ya está protegida la estación de Almería o el famoso cargadero del Cable Inglés. Hay otra línea ya catalogada como Bien de Interés Cultural, el famoso ferrocarril de La Fregeneda, en Salamanca, sobre el cual se están planteando nuevas opciones de recuperacion en clave ferroviaria.