(06/07/2010) El director de ANTT, Bernardo Figueiredo, afirmó el pasado 1 de julio que la fecha tope para el cierre de la licitación será posiblemente en noviembre, y que las obras empezarían antes de finales de año, con la intención de que la línea se inaugure a finales de 2016.

El anuncio se produce tras conocerse el fallo, el pasado 30 de junio, del Tribunal brasileño de Auditorías, que permite a ANTT avanzar con el proceso de licitación. El tribunal ha realizado un análisis técnico de las propuestas de ANTT, y ha concluido que el coste estimado del proyecto es un 4 por ciento inferior, con lo cual, pasaría, aproximadamente, de 15.585 a 14.900 millones de euros.

Complejidad técnica

La concesión cubre la construcción, explotación y mantenimiento de la línea propuesta. Dada la “complejidad técnica” del proyecto, ANTT afirma que el pliego de condiciones incluirá una serie de garantías “para asegurar la plena ejecución de las obras y el cumplimiento de las obligaciones” asumidas por la oferta ganadora. Según Figueiredo, existe un “gran interés” de candidatos potenciales interesados en participar en el proyecto.

Empresa conjunta

ANTT tiene previsto que el proyecto lo desarrolle una nueva empresa conjunta, ETAV, de la que el gobierno poseerá un tercio de las acciones del patrimonio neto de 1.532 millones de euros con que cuenta la empresa, y, el consorcio ganador, el resto. El ministro de Transportes, Paulo Sergio Passos, ha afirmado que se creará ETAV lo antes posible, probablemente en 2011, antes de la firma de los contratos oficiales.

Ocho estaciones

Lanzada en 2006 como parte del programa de desarrollo económico del presidente Lula da Silva, la línea que conectará Río de Janeiro y Sao Paulo, de 511 kilómetros de longitud, contará inicialmente con ocho estaciones. Recientes estudios realizados por Halcrow y Sinergia Estudos e Projetos calculan que el ferrocarril podría transportar más de 32 millones de viajeros al año cuando se inaugure, elevándose la cifra a cien millones en 2044. Los beneficios económicos se cifran en más de 45.000 millones de euros, o sea, tres veces más el coste de construcción de la línea.