(13/01/2010) Una segunda unidad de este sistema de robot automatizado se ha instalado en los depósitos de mantenimiento del TGV en París. Desarrollado por la empresa Windhoff, las máquinas autopropulsadas pueden mover trenes con un peso bruto de hasta quinientas toneladas.

A diferencia de diseños anteriores, el robot es autopropulsado y utiliza como guía un carril dentado entre los carriles, en lugar de un motor estático y un cable de arrastre. Su perfil compacto permite mover un tren de un lado a otro en el foso. El robot puede manejarse desde un panel estático o a distancia, utilizando un sistema de radio control.

Diámetro de la rueda

Para mover un tren, el robot se posiciona bajo el eje montado seleccionado; en ese momento, cuatro brazos hidráulicos se extienden para situar las cuñas a lo largo de cada rueda. El eje montado se alza entonces sobre la cabeza del carril, pero sin levantar las bridas de la parte superior de éste.

El robot calcula el diámetro de la rueda automáticamente para establecer el nivel necesario de elevación, y mediante éste, se transfiere el peso del vehículo al robot, dándole la fuerza tractiva suficiente para mover el tren completo.

Versión para la vía

El sistema de frenado del robot permite a un tren moverse y mantener con exactitud su posición sin que tenga que utilizar sus frenos, a la vez que el eje montado queda libre para rotar en el torno.

Windhoff ha desarrollado también una versión del robot para ser instalado en la vía existente. Éste posee un perfil muy bajo, de sólo doscientos milímetros de profundidad, y se mueve sobre dieciséis ejes motorizados individualmente. El robot toma su corriente tractiva de un cable extendido entre los carriles, que se alimenta a intervalos de cincuenta metros.