El Ayuntamiento, la Xunta de Galicia, el Ministerio de Transportes, Puertos del Estado, Adif y la Autoridad Portuaria de La Coruña han firmado un protocolo de colaboración con vistas a abrir una nueva etapa de cooperación interadministrativa para la reordenación de los espacios portuarios interiores de la ciudad.
(23/05/2024)
El nuevo protocolo establece un nuevo marco de entendimiento para abordar la integración de los muelles interiores en la nueva fachada marítima de La Coruña, asumiendo también las necesidades financieras de la Autoridad Portuaria, así como el traslado y reposición de la Terminal Ferroviaria de Mercancías de San Diego y el mantenimiento de actividades portuarias en los muelles. “Se abre una etapa de fructífera colaboración y cooperación administrativa, de entendimiento institucional, en la transformación y reordenación urbanística de una buena parte de los espacios portuarios interiores, que puede generar un amplio beneficio económico para la propia Autoridad Portuaria y un gran beneficio social para la ciudadanía”, indica el documento.
Nuevo marco jurídico
Todas las administraciones acordaron consensuar un nuevo marco jurídico que supera los convenios de 2004 y están de acuerdo en considerar que la reordenación de la fachada deberá basarse en la titularidad pública de los espacios como principio rector básico para garantizar la accesibilidad ciudadana a los terrenos y que ello es compatible con la necesidad de generar recursos con la autoridad portuaria.
Las partes acordaron trabajar de modo conjunto para establecer un cronograma que marque los pasos a dar en la transformación portuaria. Todos los trabajos se coordinarán a través de una comisión, denominada Coruña Marítima, designada por el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria. Su presidencia recaerá en la alcaldesa de La Coruña, Inés Rey, y de ella formarán parte los representantes que designen las administraciones firmantes del protocolo así como integrantes de los partidos con representación municipal.
Dicha comisión abordará la integración del puerto en la totalidad de su superficie, desde el Dique de Abrigo hasta la dársena de Oza, estableciendo las prioridades, el cronograma y los usos en cada una de las zonas y estableciendo la hoja de ruta necesaria para la reordenación de los espacios.