Hace ya seis meses comenzaron las circulaciones del servicio Barcelyon Expres entre el puerto de Barcelona y Lyon. Aunque sus cifras son bajas, este proyecto de Renfe Mercancías, Naviland Cargo y el Puerto de Barcelona ha validado su fase de lanzamiento y prosigue su operación normalizada.
Salida de un tren de Barcelyon desde el puerto de Barcelona |
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(03/07/2009) Como ya informamos en Vía Libre, el pasado 29 de enero comenzaron los viajes comerciales del nuevo servicio de mercancías intermodales entre Barcelona y Lyon. Este servicio nació fruto de la alianza entre el puerto de Barcelona, con sus dos principales operadoras intermodales (TCB y Tercat), el operador ferroviario español Renfe Mercancías, y el francés Naviland Cargo, perteneciente al grupo SNCF (ver noticia).
Según informa el puerto barcelonés, este grupo se puso como fecha del periodo de pruebas el uno de julio. Cierto es que este primer semestre no ha alcanzado las expectativas del proyecto, y es que la profunda crisis que experimenta la economía global se ha dejado notar con fuera en el sector logístico. El puerto de Barcelona registra unas fuertes caídas en volúmenes, especialmente en el tráfico de contenedores.
Consecuentemente, este nuevo servicio repercute estos descensos. Así, en los tres primeros meses Barcelyon ha movido 170 contenedores. Estos contenedores han sido todos de origen martítimo (esencia del proyecto Barcelyon), y han correspondido a tráficos entre el norte de África o el resto del Mediterráneo y la terminal de Naviland en Lyon.
Desde el puerto de Barcelona se considera que se está en una fase de afianzamiento del producto, que se ha realizado una intensa campaña de información a cargadores sobre las ventajas que implica, en todos los sentidos, esta nueva oferta de transporte, y que se espera que en los próximos meses, al hilo de una cierta recuperación económica, se vaya dando el esperado crecimiento de tráficos.
Los movimientos en logística son de largo plazo y para que un cargador cambie su modo de transporte se toman unos periodos de maduración de decisiones ciertamente largos. Los arranques de cualquier nuevo servicio, sobre todo si es de tipo ferroviario, son siempre complejos, y el puerto lo que considera relevante en este momento es que el servicio existe, funciona en las condiciones en las que se concibió, es fiable y sólo necesita algo de tiempo y un cambio de tendencia para incrementar sus volúmenes de transporte.
Por su parte, el puerto barcelonés tiene previsto ampliar estas conexiones ferroviarias internacionales hacia otros destinos, entre ellas hacia el puerto de Burdeos. En todo caso, el desarrollo de este proyecto queda por ahora supeditado a un cambio de las coordenadas económicas globales.