(06/07/2022) style="text-align: justify;"> 

La encuesta de satisfacción que ha realizado el Metro de Granada, ha sido realizada en la primera semana laborable del mes de abril por Avanza y Estudio 7 sobre una muestra de 440 personas entrevistadas, con un margen de error inferior al 5 por ciento. La valoración de este año 2022 es casi idéntica a la del 2019, 8,31 sobre 10, que marcó la máxima puntuación desde el inicio de la puesta en servicio  en septiembre de 2017, en condiciones normales, previas al Covid-19.

Viajero habitual, mujer

El perfil predominante del viajero habitual del Metro de Granada es mujer -59 por ciento-, residente en el área metropolitana de Granada -principalmente en la capital-, en edad de estudiante -52 por ciento-, principalmente universitario, y trabajador -33 por ciento-, en su mayor parte por cuenta ajena, con motivación para hacer viajes fundamentalmente cotidianos por motivos laborales y de estudios. En menor proporción aparecen los desplazamientos por razones de ocio o gestiones personales.

Según la encuesta, los actuales viajes en el Metro de Granada han sido mayoritariamente captados del vehículo privado -34 por ciento- y del autobús -30 por ciento-, tanto de líneas urbanas como interurbanas. El 26 por ciento de los encuestados manifiesta que estos desplazamientos en metro no los hacía antes en otros modos de transporte, es decir, han sido inducidos por el propio metropolitano.

Fidelidad

La fidelidad de los usuarios es alta y constante, ya que el 48 por ciento de los encuestados utilizan el metro a diario (más de cuatro días a la semana) y utilizan los títulos recurrentes tales, como la Tarjeta del Consorcio de Transportes y el título monedero del Metro (80 por ciento en total).

Los aspectos más valorados son la puntualidad, la valoración medioambiental y la accesibilidad. Por otra parte, existe capacidad de mejora en cuestiones como el precio (nuevos títulos, como el bono mensual del metro o la Tarjeta Joven de Transportes eran de reciente implantación cuando se realizó el trabajo de campo), o la sensación de ocupación. Este último es un atributo especialmente sensible tras la crisis del Covid-19, ya que normalemente los usuarios valoran de forma menos positiva los entornos cerrados y compartidos.