(16/11/2021) Está previsto que las obras se liciten próximamente, con un presupuesto aproximado de 117,5 millones de euros y un plazo de ejecución estimado de seis años. Esta actuación resulta necesaria para dar respuesta a los requerimientos de las Declaraciones de Impacto Ambiental del nuevo acceso ferroviario de alta velocidad entre Albacete y Valencia.

También permite adecuarse a las normativas española y europea para reducir el impacto acústico generado por el sistema ferroviario en aquellas zonas de especial sensibilidad, lo que también repercutirá en un beneficio para la salud de los ciudadanos.

Las pantallas se colocarán a lo largo de 29 kilómetros, en un total de veinticuatro municipios. Su ejecución se ha concebido bajo las premisas de no interferir con la puesta en servicio de la futura línea, racionalizar el calendario de obras, adaptándose al estado de la plataforma, y permitir una mejor programación con los ayuntamientos en relación con la ocupación de terrenos o la reposición de servicios afectados.

El proyecto identifica y evalúa las zonas susceptibles de ser protegidas del impacto acústico que generará la circulación de trenes por el nuevo tramo ferroviario. Para conseguir este objetivo, y con el fin de evaluar las áreas habitadas en las que se superarían los niveles acústicos máximos permitidos por la normativa, se ha llevado a cabo una secuencia de trabajos consistentes en un inventario de edificaciones y puntos sensibles existentes en la traza, una campaña de mediciones de ruido en la situación preoperacional y una simulación de las condiciones futuras de explotación, calculando los niveles previsibles generados por esta, los ámbitos de superación de los límites normativos y las necesidades de atenuación.

Características de las pantallas

Una vez determinadas las zonas donde es necesaria la implantación de pantallas acústicas, de acuerdo con el correspondiente estudio, y teniendo en cuenta los niveles máximos de ruido admisibles, se han determinado los parámetros básicos de las pantallas en cada zona para conseguir reducir los niveles actuales obtenidos en el análisis acústico, como son su ubicación, longitud y altura, así como la tipología óptima de sus materiales.

La ubicación de la pantalla viene establecida por las condiciones geométricas y características constructivas específicas de la zona donde se localizan las edificaciones a proteger. En términos generales se ha tendido a su ubicación en el borde de la plataforma, buscando la mínima afección a los elementos que se puedan encontrar en la zona, tales como servicios, estructuras, cunetas de drenaje, cerramientos, entre otros. Dicha ubicación, lo más próxima posible al foco emisor, minimiza la altura de esta, habiéndose proyectado pantallas de alturas que varían entre dos y siete metros.

Tres tipologías diferentes

La definición de la tipología más adecuada de cada pantalla se realiza en función de su adaptación a las características urbanísticas, paisajísticas y ambientales del entorno en que queda integrada. Las soluciones constructivas, especialmente la tipología de cimentaciones y diseños singulares, se definen y dimensionan en función de los condicionantes geotécnicos, geométricos, constructivos, funcionales y de seguridad propios de cada zona de implantación.

En general, las pantallas acústicas pueden clasificarse en tres tipologías, atendiendo al material del que están constituidas: de hormigón, que puede ser reflectante o absorbente, según sea el tipo de módulo prefabricado que se seleccione, metálicas, que por lo general suelen ser altamente absorbentes y están constituidas por paneles modulares metálicos con un material absorbente en su interior y pantallas especiales, que están constituidas por módulos transparentes de metacrilato y se catalogan como reflectantes desde el punto de vista acústico.