(30/10/2008) El nuevo centro logístico que presenta en estas fechas Hercesa se ubicará entre los términos muncipales de Marchamalo y Guadalajara, a poco más de dos kilómetros de esta ciudad. Localizado a orillas de la línea Madrid-Barcelona, de ancho ibérico, el nuevo centro sitúa al ferrocarril en la clave de su éxito. Una amplia superficie de almacenamiento para las empresas que allí quieran ubicarse aparece presidida por una playa de vías con grúas pórtico concebidas para facilitar el rápido movimiento de contenedores entre trenes y camiones.

La palabra clave en los transportes del siglo XXI es logística. Tan importante es contar con grandes infraestructuras con las que canalizar los fletes como disponer de centros de distribución, estratégicamente situados, en los que las mercancías se encaminen hacia los destinos finales. Los más vanguardistas de estos centros son los que sitúan al ferrocarril como pieza clave de su operación. El proyecto Puerta Centro, es un claro ejemplo de este nuevo modelo. Por otra parte, la segunda gran novedad de este proyecto es el crucial peso de la iniciativa privada en su puesta en marcha. La sociedad Desarrollos Tecnológicos y Logísticos es un grupo pilotado por Hercesa, empresa con amplia trayectoria en proyectos inmobiliarios y logísticos, pero al que acompañan otras diez empresas o entes bancarios: el grupo inmobiliario Afirma, Caja Castilla La Mancha, Banco Popular, Ibercaja, Caja Guadalajara, Caja Burgos, el grupo inversor y gestor inmobiliario Thegon, la inmobiliaria alcarreña Monteplin, la constructora Napisa y el grupo logístico Alqlunia Logística.

El proyecto plantea en su ubicación una respuesta al principal problema de la accesibilidad de los trenes mercantes a las zonas metropolitanas: su incompatibilidad con la densa malla de trenes de cercanías que envuelve los centros urbanos. Estos trenes suelen ocupar una amplia banda de surcos horarios, lo cual dificulta la operación de acceso de los trenes mercantes hasta las zonas logísticas situadas en el interior de estas áreas metropolitanas. Es por ello que el proyecto de Hercesa se ubica justo en el extremo de la red de cercanías madrileñas, en una zona sin afección por estos intensos tráficos. Ciertamente esto es una ventaja muy relevante para los tráficos procedentes del noreste peninsular, en incluso los levantinos si fueran encaminados vía Teruel. Hay que recordar en este sentido que hay un proyecto del Ministerio de Fomento, ahora en estudio, que plantea recuperar la línea cerrada entre Caminreal y Calatayud básicamente para trenes mercantes. Esta ruta generaría un atractivo corredor directo Levante-este metropolitano madrileño que aliviará el paso por la congestionada corona de cercanías madrileña. 

La accesibilidad ferroviaria de este enclave se ha visto incrementada exponencialmente en los últimos años a partir de la construcción de la nueva línea de alta velocidad Madrid-Barcelona, que ha liberado casi en exclusividad para mercancías la línea convencional paralela, un eje de gran capacidad ya que está conformado por una doble vía electrificada en todo su recorrido. Por el contrario, la opción de localización de Hercesa no supone ninguna ventaja comparativa para otros tráficos procedentes del resto de España (norte, sur u oeste), que se verían penalizados en el decurso por la red madrileña hasta llegar a este punto extremo.

A todo esto hay que añadir que, además de su posición en el contexto ferroviario, hay que señalar que Marchamalo se encuentra igualmente fuera de las zonas más congestionadas de la red de carreteras, y a orillas igualmente de la autopista R-2.

El Corredor del Henares

La nueva zona logística se situará en el extremo oriental del Corredor del Henares. Este corredor es una de las áreas industriales y logísticas más importantes del país. Situado en el valle natural del Henares, entre la periferia de la ciudad de Madrid y la capital alcarreña, desde los años 60 se han ido situando a orillas de la N-II una hilada de casi cuarenta kilómetros de zonas industriales vinculados con varios sectores de actividad. Este corredor ha ido incorporando nuevas actividades con el paso de los años. Así han ido apareciendo importantes focos de actividad vinculados al crecimiento residencial, con nuevas zonas comerciales, así como nuevos nodos logísticos, especialmente concentrados en el área de Coslada. Además de las propias zonas de actividad ferroviaria, como la estación de clasificación de Vicálvaro, la más moderna instalación del Puerto Seco de Coslada se está revelando como una importante clave en el relanzamiento de esta zona de ingreso a la metrópoli madrileña como zona de actividad logística, sin olvidar las grandes campas de automóviles que gravitan en torno a la estación de Torrejón-Mercancías.

Sin duda, la futura puesta en servicio de esta nueva zona logística consagrará aún más el papel de esta zona en el trasiego de mercancías a escala nacional.

Un proyecto muy ambicioso

Según sus promotores, “Puerta Centro – Ciudad del Transporte está llamado a convertirse en el principal “puerto seco” con carácter Hub del centro peninsular. De rango supra regional e internacional, tendrá capacidad para canalizar los principales flujos nacionales e internacionales de mercancías con origen y/o destino Madrid y su corona metropolitana, que incluye las ciudades de Guadalajara, Toledo, Segovia y Ávila. A su vez  conformará uno de los principales centros de distribución regional y metropolitana del Corredor del Henares”. 

El proyecto nace con una cuidada voluntad de preservación ambiental. En este sentido cabe resaltar que “…realizará un uso energético eficiente mediante el empleo de la energía solar, para lo cual aprovechará el gran potencial de las amplias y planas cubiertas de las instalaciones logísticas y de los estacionamientos de vehículos pesados.”

El proyecto contempla un amplio abanico de ofertas para los usuarios finales, como centro de negocios, parque empresarial, parque tecnológico, servicios financieros. Aduanas, Servicios de comunicaciones, restauración, hoteles, área comercial y otros servicios complementarios.

El espacio ferroviario

Puerta Centro desarrollará unas veintiséis hectáreas de usos logísticos con acceso ferroviario especialmente indicado para grandes operadores y actividades industriales de transformación con necesidad de accesibilidad ferroviaria.

Esta subárea podrá funcionar como apoyo y complemento de la terminal intermodal y a su vez albergar otras terminales ferroviarias adicionales:

Áreas de almacenamientos complementarias a la terminal

La terminal intermodal conforma una subárea funcional de veinte hectáreas especializada en el intercambio modal entre ferrocarril y carretera. 

Sus principales características técnicas la hacen capaz de poder operar con trenes de hasta novecientos metros en sus dos vías de recepción y expedición y en sus cuatro de carga y descarga.

Dispondrá de una playa de contenedores de novecientos por 55 metros, espacio para el almacenamiento de 6.000 contenedores y 12.000 metrso cuadrados de suelo edificable para el edificio de control, talleres, naves de consolidación y desconsolidación de cargas e instalaciones auxiliares.

A su vez la Terminal se convierte en emplazamiento privilegiado de bases para las instalaciones y equipos de nuevos operadores ferroviarios.

El conjunto de infraestructuras e instalaciones que se pondrán en servicio tiene, por un lado un sector ferroviario. Éste se compone de:

El sector de carga y descarga, además de la playa de contenedores pavimentada, tendrá con calles de circulación interiores de dieciocho metros de ancho y posibilidad de incorporación de una grúa pórtico, para realización de operaciones de transbordo de contenedores y almacenaje de los mismos. Además de otras instalaciones de servicio logístico, habrá una zona de talleres para el mantenimiento del material ferroviario en tránsito.

Asociadas a estar terminal se configurarán una serie de áreas logísticas que cubrirán otras 25,5 hectáreas. Éstas podrán disponer de acceso ferroviario directo desde la vía mango de la terminal intermodal.

Se pretende crear una gran área logística con muy alta intermodalidad entre carretera y ferrocarril, con capacidad para albergar distintos operadores ferroviarios. La ordenación propone grandes parcelas (con superficies mayores de dos hectáreas) con posibilidad de incorporar haces ferroviarios internos con longitudes útiles de más de 250 metros. 

La posibilidad de unir varias de estas parcelas permitirá alcanzar los quinientos metros de longitudes útiles de vía. Esta ordenación es adecuada para la instalación de terminales especializadas en vagón completo, transporte de vehículos, productos siderúrgicos, graneles …