Ayer tuvo lugar en Asturias la primera prueba piloto de tracción ferroviaria con gas natural licuado (GNL) de Europa y la primera en el mundo en trenes de viajeros, en el tramo Mieres-Figaredo, de unos cuatro kilómetros de longitud, perteneciente a la línea de Cercanías de ancho métrico C8f (Baíña-Collanzo). El inicio de las pruebas contó con la asistencia de los ministros de Fomento, Íñigo de la Serna, y de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal.
(09/01/2018)
El objetivo del proyecto, encabezado por Renfe, junto con Gas Natural Fenosa y Enagás, y en colaboración con Bureau Veritas, es verificar la viabilidad de una solución con potenciales ventajas ambientales y económicas para los tráficos que se desarrollan actualmente con tracción diésel en España.
El proyecto se enmarca dentro del plan de descarbonización y eficiencia energética en el que trabajan Renfe y Adif y en la estrategia de impulso del Vehículo con Energías Alternativas en España 2014-2020, en línea con el objeto y ámbito de aplicación de la Directiva 2014/94 sobre la implantación de una infraestructura para los combustibles alternativos en Europa.
El plan de descarbonización y eficiencia energética del transporte ferroviario, el más sostenible en términos absolutos, resulta clave para la mejora del sistema general de transporte en España desde el punto de vista ambiental y energético, ya que, según datos del Ministerio de Energía, el ferrocarril consume prácticamente la mitad de toda la electricidad utilizada en el sector del transporte en España (el 45,8 por ciento frente al 20,1 de la carretera).
Por ello, además de continuar con la electrificación del ferrocarril, es conveniente apostar por alternativas y el gas natural es el combustible alternativo con mejores condiciones para protagonizar una transición segura y eficiente en el corto plazo, por motivos de disponibilidad, precio y estabilidad.
El proyecto está también en línea con los objetivos de la futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética que prepara el Gobierno y que marcará el camino para alcanzar los compromisos internacionales adquiridos en materia de cambio climático y energía de forma eficiente, en uno de cuyos principales objetivos, la reducción de emisiones, el ferrocarril juega un papel fundamental
Unidad 2600 de Feve modificada para GNL
El proyecto de innovación en tracción ferroviaria analizará la viabilidad de la adaptación de vehículos para su funcionamiento con motores y depósitos de GNL y el correspondiente análisis técnico, legal, económico y ambiental para la red ferroviaria española y europea.
Las pruebas con motor GNL están programadas con un tren autopropulsado del parque diésel de Feve , serie 2600 en un tramo de unos veinte kilómetros entre las estaciones de Trubia y Baiña, con extensión a Figaredo, en Asturias. Para ello, se ha sustituido el motor diésel de una de las dos unidades automotoras pareadas por otro que consume gas natural para su propulsión y se han instalado los depósitos en los que se almacenará el GNL junto con los elementos auxiliares necesarios.
Las circulaciones permitirán contrastar los resultados obtenidos, tanto para tecnología diésel como para la de gas, ya que se mantiene una cabeza tractora con cada tipo de combustible en el mismo tren. De estas pruebas se extraerán conclusiones sobre requisitos técnicos de espacio, peso, refrigeración, y autonomía para la tracción de gas natural, además de otras consideraciones y variables comparativas en emisiones y economía operativa.
El proyecto contempla la incorporación de motores GNL a una serie de trenes en las Cercanías de Asturias para prestar servicio en la línea de ancho métrico C8f (Baíña-Collanzo). Como parte de su estrategia hacia una mayor descarbonización de los tráficos, Renfe también trabaja en otros proyectos de sustitución de motores diésel con tecnologías alternativas, como el hidrógeno o las baterías alternativas.
Ventajas del gas natural como combustible alternativo
Las principales ventajas del uso del gas natural como combustible ferroviario desde el punto de vista medioambiental son la reducción de la contaminación, al disminuir las emisiones de óxidos de nitrógeno y azufre, materia particulada y monóxido de carbono y la disminución de la contaminación acústica y los gases de efecto invernadero, así como la apertura de otras opciones ante posibles nuevas exigencias ambientales en el sector ferroviario.
Así, en comparación con el diésel, los estudios del uso del gas natural para la tracción ferroviaria prevén una reducción de entre el 20 y el 30 por ciento en emisiones de dióxido de carbono, de entre el 70 y el 90 por ciento en emisiones de óxido de carbono, del 99 por ciento en dióxido de azufre y del 90 por ciento en partículas.
Desde el punto de vista económico, el uso del gas natural como combustible puede contribuir a la disminución de costes operativos por un mejor escenario de precios general respecto a los combustibles derivados del petróleo, así como a la reducción de la dependencia energética de esta fuente, a la vez que puede ofrecerse como alternativa a la inversión en electrificación de tramos no electrificados.
España cuenta con una larga experiencia de gestión de GNL y su logística está siendo considerada dentro de los marcos de acción que los Ministerios de Energía y Fomento desarrollan al amparo de las directivas comunitarias, factores que pueden garantizar la seguridad de suministro para este mercado potencial (Ver noticia)
Información completa sobre el proyecto de tracción ferroviaria con GNL