La última reunión del Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco celebrada en Québec entre los días 2 y 10 de julio ha acordado la inclusión en la categoría de Sitios Culturales de dos trazados ferroviarios, situados en Europa y Asia.
(16/07/2008) El primero de ellos corresponde en realidad a dos líneas, integradas en la red de los Ferrocarriles Réticos (http://www.rhb.ch). Esta red, de ancho métrico, es un ferrocarril privado que discurre, básicamente, a través del cantón suizo de Los Grisones, con conexiones hacia Italia. Es una red de unos 400 kilometross de espectaculares trazados sobre los Alpes, en la cual se combinan circulaciones tanto de mercancías como de viajeros, con una especial vocación hacia la oferta turística.
Líneas de Albula y Bernina
De este ferrocarril han sido reconocidos dos itinerarios como Sitios Culturales, más concretamente como “Paisajes Culturales”. El primero de ellos se desarrolla sobre la línea de Albula. Este itinerario conforma una colosal obra de ingeniería inaugurada en 1904. Sus 67 kilómetros de recorrido acogen nada menos que 52 túneles (o galerías cubiertas antialudes) y 144 puentes o viaductos. Por otro lado, ha sido también reconocida la línea de Bernina. Ésta cuenta con 61 kilómetros de vías, en las cuales se intercalan trece túneles y 52 viaductos y puentes. Esta línea acaba en la fronteriza localidad italiana de Tirano, por lo cual, a pesar del casi simbólico recorrido por Italia, el premio ha tenido carácter compartido con Italia. Estos dos ferrocarriles son un excepcional ejemplo de cómo se puede construir, explotar y mantener un ferrocarril de simple adherencia en unos de los entornos más escarpados de Europa.
© UNESCO / Rhb / Peter Donatsch, Trogen |
© UNESCO / Rhb / Robert Bösch |
El ferrocarril atraviesa paisajes de excepcional belleza alpina, de tal manera que su propio trazado es un elemento que engrandece, si cabe aún más, el paisaje natural. Tren, montañas, pueblos forman un conjunto armónico, un paisaje cultural magníficamente integrado, que lo ha hecho acreedor de este reconocimiento internacional. El ferrocarril, además, se ha convertido en pieza clave del turismo local. Sus rojos convoyes, fundidos con el verde de los prados, articulan una variada oferta de servicios en la cual lo importante no es ya llegar a un sitio, sino descubrir, en coches panorámicos, el paisaje que se abre a ambos lados de la vía. Las mil y una curvas de la ruta, las revueltas, los lazos, generan una oferta de paisajes sorprendentes, de tal manera que incluso la empresa titular del ferrocarril comercializa en cada viaje plazas en la cabina de conducción, desde la cual es posible ver el paisaje desde la privilegiada atalaya del maquinista, y despreocupado de las tareas de conducción. En su web los Ferrocarriles Réticos tienen videos para tener un adelanto de estas espectaculares perspectivas. (http://www.rhb.ch/Emotion.237.0.html?&L=3).
El ferrocarril de Shimla a Kalka
El segundo de los ferrocarriles reconocidos por la Unesco se integra dentro de un grupo de líneas ya catalogadas como paisaje cultural desde 1999. Se trata de los ferrocarriles de montaña indios, situados en las estribaciones del Himalaya. En la época del Imperio Británico se construyeron unos ferrocarriles casi imposibles, por escarpadas laderas y con uno de los trazados más abruptos, arriesgados y sinuosos que se pueda imaginar. Y si hasta ahora estaba reconocido en Lista de Patrimonio Mundial el espectacular ferrocarril de Darjeeling (protagonista de una reciente película), ahora ha sido incluido el ferrocarril de Shimla a Kalka.
Esta línea tiene 92 kilómetros de largo y tiene un ancho de vía especialmente angosto: 76 centímetros. El ferrocarril une estas dos localidades del Himalaya sobre unos impresionantes paisajes montañosos por los que la línea se retuerce en infinitas revueltas para ir ganando altura. Fue construido en 1903 y se ha convertido en uno de los principales referentes turísticos de la zona. En cualquier caso, esta línea ya nació con cierta vocación turística, ya que la administración colonial británica había adoptado estas villas de montaña como centros vacacionales, dada la bondad climática que les daba su elevada cota. De este ferrocarril destacan los espectaculares puentes hechos en piedra, que recuerdan con suma facilidad a la estampa de un acueducto romano, con sucesión vertical y horizontal de arcadas pétreas.
Ferrocarril austriaco
Además de estos ferrocarriles, la Unesco también tiene reconocido en esta misma categoría al ferrocarril austriaco de Semmering, otro sorprendente ferrocarril de montaña con un espectacular trazado jalonado de impresionantes viaductos. Actualmente, en esa lista están incluidos 878 monumentos de 145 países: 679 culturales, 174 naturales y veintidós que combinan las dos características (ver noticia 15/03/2006).