Cookie Consent by FreePrivacyPolicy.com Inaugurado el Museo Nacional Ferroviario de Portugal

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Se sitúa en Entrocamento, recuperando en la zona de los talleres y economato una valiosa colección de material móvil y piezas

El pasado lunes, en la ciudad de Entroncamento, surgida el siglo XIX  por y para el ferrocarril, se inauguró formal y definitivamente el nuevo Museo Nacional Ferroviario portugués, que abrió sus puertas al público ayer martes, tras dieciocho meses de obras y años de creación de la colección y definición de la estructura y los apoyos para hacerlo posible.


Inaugurado el Museo Nacional Ferroviario de Portugal
 
 
 

(20/05/2015) La Fundación Museo Nacional Ferroviario será el soporte formal del Museo que ocupa 4,5 hectáreas de terreno las que ocupa, en la zona de los antiguos talleres de CP que estaban operativos hasta hace apenas tres años, y el antiguo economato de los empleados ferroviarios.

El nuevo museo se organiza en tres espacios bien diferenciados. En primer lugar, siguiendo el orden una visita normal, se entra por el antiguo economato. Es un amplio recinto donde el visitante hará un recorrido por diversas salas dedicadas a diversos temas del pasado, el presente y el futuro del ferrocarril. Maquetas, pantallas, vitrinas, herramientas de realidad aumentada van dando a un repaso a temas de la ingeniería ferroviaria aplicada a la infraestructura, a  la tracción, a la explotación.

Elementos bien visibles, espaciados, con explicaciones en textos impresos o pantallas animadas. Se dedica espacio al propio ferroviarios, a temas sociales, su formación labora, académica, su atención sanitaria. Los elementos están primorosamente restaurados y la visita se realiza por un itinerario secuencial que permite recorrer todo el recinto. En total, entre grandes vehículos y pequeñas piezas, el museo atesora unas 36.000 piezas.

Tras la vista a esta zona de salas, hay un pequeño paseo, en el cual un antiguo coche de viajeros, aluminizado hasta el extremo, se ha acondicionado como espacio multimedia sobre todo para los grupos de niños.

Maqueta de un locomotrora de vapor fabricada por los aprendices ferroviarios. Mobiliario de un gabinete.

El Aautomotor llan junto al Comboio Presidencial.
Los talleres

La visita continúa atravesando las vías de acceso al haz de clasificación: del ferrocarril musealizado al más real sin transición. De todas maneras, este paso a nivel será eliminado con una pasarela que está previsto montar en breve. Por ahora, personal del museo guarda la intersección para evitar incidentes.

Tras el paso a nivel se llega a la zona de tren de verdad, el escala 1:1. Es la zona de los talleres de Emef, el "Integria" portugués, que se han acondicionado para este nuevo uso expositivo. Se entra en la zona de talleres por una nave presidida por una inmensa colección de placas de locomotoras a todas luces espectacular.

Tras ella se pasa a la gran nave del taller. Allí son cinco largas vías, de cien metros de longitud, donde se conservan, primorosamente restauradas en orden estético, una colección de vehículos ferroviarios, agrupados por criterios de tipo de tracción (solo diésel y eléctrico), con locomotoras, automotores, coches, vagones,  dresinas… presidiendo el fondo del recinto la espectacular composición del Combio Presidencial, un tren que procede del Tren Real Portugués con numerosas reformas y mejoras a lo largo del siglo XX.

Es un tren operativo que funciona en eventos singulares. En esta misma zona hay también una gran maqueta modular de los “entusiastas ferroviarios” del museo. Una gran ventaja de esta zona frente a los museos ubicados en estaciones es que se puden deambular por todos lados, ya que los carriles estan embebidos en el piso, no hay obstáculos y, como hay espacio sobrado, se pueden ver las locomotoras y coches por todos lados, no solo por los laterales.

En el lado contrario de esta nave hay otra nave alargada que custodia la joya de este museo: el Tren Real Portugués.  Es el único tren real del siglo XIX que se conserva completo. Están restaurados, tanto su locomotora como los dos coches que lo componen, y tiene una pasarela para poder ver su interior.

El Tren Real.

 
La rotonda

Desde aquí ese sale al exterior para poder disfrutar de la rotonda del museo para la que se ha construido una nueva cubierta de hormigón replicando las tradicionales cocheras semicirculares, pero con formas más vanguardistas. Su interior acoge once locomotoras de vapor, desde una pequeña de ancho métrico hasta potentes locomotoras de    línea, pasando, incluso, por una locomotora de caldera vertical.

El museo, además de la exposición permanente, cuenta con espacios para exposiciones temporales Ahora se abre con tres muestras de arte contemporáneo que interpretan y reinventan el Ferrocarril del Patrimonio.

Para completar la experiencia, el museo ofrecerá un programa variado para el final del año, que incluye talleres, cine y visitas guiadas para todos. El museo tiene áreas de descanso, una zona al aire libre, "quads" con los  que los visitantes pueden experimentar en un túnel velocidad, y experiencias de realidad aumentada, entre otras ofertas.

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