(07/11/2014) Las ofertas, de “empresas experimentadas, de alto nivel y competentes tanto en el plano nacional como internacional” se entregarán al Ministerio de Obras Públicas antes del 15 de noviembre. Las respuestas serán evaluadas por la Autoridad del Ferrocarril de Afganistán y el Ministerio de Obras Públicas, y a las empresas seleccionadas se les invitará a presentar sus propuestas detalladas.

Las empresas interesadas deben contar con recursos financieros adecuados, y, al menos diez años de experiencia en ferrocarriles de ancho 1.520 milímetros y/o 1.435 milímetros. También se valorará positivamente la experiencia en la zona y las empresas de participación conjunta con empresas afganas.

Resistencia al ferrocarril

Afganistán empezó a planificar ferrocarriles en el siglo XIX, pero nunca se completaron. Al menos un trazado ferroviario se construyó en la capital, Kabul, durante los años veinte, pero se desmanteló, pues los líderes afganos oponían resistencia al ferrocarril.

Debido a la falta de capacidad en Afganistán, la construcción de la primera línea principal importante del país, entre Mazar-i-Sharif y Uzbekistán, al norte del país, fue acometida por la compañía ferroviaria de Uzbekistán, UTY, con financiación del Banco de Desarrollo Asiático.

La línea, de 1.520 milímetros de ancho y concluida en 2011, acoge tráficos de mercancías y es explotada por UTY en virtud de un acuerdo bilateral. El pasado mes de mayo, se informó de que alrededor de 4.600 vagones al mes utilizaban la línea. El Gobierno afgano espera extender esta línea hasta Kabul, y, luego, hasta la ciudad fronteriza oriental de Torkham, para conectar con los Ferrocarriles de Pakistán.