El Gobierno argentino ha vuelto a privatizar la gestión de la mayoría de las líneas ferroviarias, aunque ha impuesto nuevos controles y duras sanciones en caso de incumplimientos, mediante una resolución publicada en el Boletín Oficial.
Estación de Colegiales en la línea Mitre, una de las que se privatizarán. |
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(14/02/2014) Dos de las líneas que conectan Buenos Aires con su área metropolitana, Mitre y San Martín, serán explotadas por Roggio, uno de los grandes grupos nacionales en infraestructuras y accionista mayoritario de Metrovías, la operadora del Subterráneo de Buenos Aires.
Las dos restantes líneas, Belgrano Sur y Roca, quedarán en manos del grupo Emepa, una de las empresas que integró la Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia, que creó el Gobierno cuando nacionalizó la gestión, según detalla la orden, firmada por el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo.
La línea Sarmiento, foco de reiterados accidentes que en los dos últimos años se saldaron con 54 muertos y centenares de heridos, continuará bajo control estatal a través de la Sociedad Operadora Ferroviaria (Sofse) y la Administración de Infraestructura Ferroviaria (Adif).
Rescisión de concesiones
"Hemos dispuesto un nuevo régimen de explotación que obliga a las empresas a presentar planes anuales sobre las frecuencias de los trenes, su mantenimiento, limpieza de estaciones y calidad de los servicios", afirmó el ministro. "Hemos creado un estricto régimen de sanciones en caso en el que no se cumplan estas pautas", continuó Randazzo, “y se contemplará la rescisión de las concesiones si las faltas pusieran en riesgo la vida de los pasajeros”, añadió.
El Gobierno indicó que con la aprobación de los nuevos acuerdos de explotación ferroviaria busca "mejorar la calidad de los servicios e incrementar el control sobre las empresas que operan los trenes del área metropolitana de Buenos Aires".
A instancias de la presidenta Cristina Fernández "encaramos un ambicioso plan de renovación de los trenes del área Metropolitana, que incluye la llegada de más de mil coches nuevos durante este año y una fuerte inversión en materia de infraestructura ferroviaria de cambio de vías y renovación de estaciones", afirmó Randazzo.
Numerosos accidentes
En febrero de 2012, 51 personas murieron y más de setecientas resultaron heridas cuando un tren se empotró contra el andén de la transitada estación de Once, en Buenos Aires, perteneciente a la línea Sarmiento.
Un año y medio después de la tragedia de Once, el choque de dos trenes al oeste de Buenos Aires causó tres muertos y más de trescientos heridos en la misma línea.
El último accidente ocurrió el pasado noviembre, en plena campaña electoral legislativa, y dejó un saldo de ochenta heridos.
Tras los distintos siniestros, el Ejecutivo optó por estrategias de nacionalización total o parcial de las líneas y anunció inversiones y mejoras en la seguridad ferroviaria.
Sin embargo, el servicio de trenes, que usan a diario unos 2,7 millones de pasajeros que se desplazan entre la ciudad de Buenos Aires y su poblada área metropolitana, sigue siendo objeto de fuertes críticas por parte de los usuarios.
El próximo 18 de marzo comenzará el juicio para esclarecer las causas del accidente de 2012 en Once, y la responsabilidad de más de una treintena de imputados, entre los que figuran los ex secretarios de Transporte, Juan Pablo Schiavi y Ricardo Jaime.