Cookie Consent by FreePrivacyPolicy.com Metro de Barcelona abre al público por primera vez la estación fantasma de Correos

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Durante diferentes noches en octubre y noviembre

El metro de Barcelona abrió al público por primera vez la madrugada del pasado lunes la estación fantasma de Correos, que dejó de estar en servicio en 1972. Esta visita única que se realiza en el marco el centenario del metropolitano barcelonés permite ver lo que queda de lo que fue esta infraestructura, que formaba parte del segundo ramal de la línea del Gran Metro, y que estuvo en funcionamiento desde 1934 hasta 1972, cuando se suprimió el servicio de metro entre las estaciones de Jaume I y Correos para empezar las obras de prolongación del túnel de la futura línea.


(22/10/2025)  

Las visitas a Correos comenzaron las madrugadas del 20, el 21 y el 22 de octubre, y además se realizarán las madrugadas del 17, 18 y 19 de noviembre . La visita debe realizarse obligatoriamente de madrugada porque Correos no tiene un acceso desde la calle y se debe caminar por el túnel para poder llegar (se accede por la vía desde la estación de Jaume I). Por tanto, es imprescindible que el servicio de metro esté parado y no haya tensión eléctrica en la red.

Este mes de octubre han visitado la estación de Correos un total de 135 personas, distribuidas en nueve sesiones de unos 30 minutos cada una, que se se repetirán en las tres jornadas de noviembre, con lo que serán un total de seis días, dieciocho sesiones y 270 visitantes.

En esta celebración por el centenario de metro y, entre las diferentes actividades organizadas, se está abriendo también por primera vez los ciudadanos espacios emblemáticos como los talleres de Santa Eulàlia y ZAL (que son el más antiguo y el más nuevo), la subcentral eléctrica de Mercat Nou, el Centro de Control de Metro o la sala de simuladores de conducción. Ademas, aparte de Correos, hace unas semanas TMB abrió las puertas de la estación fantasma Gaudí, también por primera vez.

Origen de la estación de Correos

El 20 de febrero de 1934, el Gran Metro inauguraba oficialmente la estación de Correos como parte de su segundo ramal. La estación estuvo en funcionamiento desde 1934 hasta 1972, cuando la línea 4 se prolongó hasta la Barceloneta.

La antigua estación de Correos estaba ubicada al final de la Vía Layetana, entre la calle de Àngel Baixeras y la antigua plaza de Antonio López, hoy llamada plaza de Idrissa Diallo, justo delante del edificio de Correos que le daba nombre, y su historia tiene su origen en la propuesta de hacer llegar el metro, que ya bajaba por la Rambla, hasta la estación de Francia.

Con esta intención se realizaron proyectos de obras que pasaban por la fachada marítima, pero el ayuntamiento de la ciudad de aquellos años presionó para aprovechar la infraestructura ya existente en la Via Laietana desde su construcción.

Así es como finalmente se abrieron las estaciones que ocupan este espacio en un trazado que durante mucho tiempo fue un tramo de la línea 3 conocido como el ramal Aragón – Correos del Gran Metro de Barcelona, y que ahora pertenece a la línea 4.

Estación de una sola vía

Para la construcción de la estación de Correos y la de Jaume I, se aprovecharon los túneles subterráneos que se habían realizado en 1913 con motivo de la apertura de la Via Laietana, los conocidos como túneles de la Reforma, cuando todavía no se había proyectado el trazado del metro en esta zona. 

La estación de Correos sólo tenía un nivel por su proximidad al mar, lo que provocó ya problemas de filtraciones durante su construcción. Su interior contaba con una  disposición muy peculiar, puesto que disponía de una sola vía y de dos naves paralelas de 60 metros de longitud . En la nave de la izquierda estaba la vía y un andén muy estrecho (1,84 metros), mientras que la nave de la derecha estaba destinada exclusivamente a andén, si bien el acceso a los trenes se hacía a través de diez arcos de tres metros de luz abiertos en el muro que separaba ambas naves.

Las obras de construcción de la nueva línea 4 determinaron la clausura de Correos, el 20 de marzo de 1972, tras 38 años de servicio, ya que a principios de la década de los setenta se decidió que habría que construir una nueva estación, la de Barceloneta, más cerca de la estación de Francia, ya que en aquellos momentos era uno de los puntos de conexión más importantes de la ciudad.