(21/05/2025)  

La antigua estación de Chamberí, obra del arquitecto Antonio Palacios, continúa siendo la infraestructura que más interés despierta. Hasta el pasado 30 de abril un total de 24.891 personas visitaron este espacio, que forma parte del trazado inaugural de la Línea 1, en 1919. En segundo lugar, se sitúa la exposición de trenes clásicos de Chamartín, con 15.750 visitantes. En el tercer puesto se sitúa la Nave de Motores de Pacífico, con 8.625 visitantes, seguida de la fuente de los Caños del Peral en Ópera, con 5.431, y del vestíbulo histórico de Pacífico, con 1.119.

El Pasaporte de los Museos

La apuesta de Metro de Madrid por impulsar estos espacios se ha traducido en un notable aumento de visitas durante los últimos años. En este sentido, dentro de los proyectos para promocionar estas propuestas gratuitas destaca el Pasaporte de los Museos, que además invita a conocer otros rincones de la red como la muestra de Gran Vía, el vestíbulo de Tirso de Molina y el centro Paleontológico de Carpetana. Hasta la fecha, la compañóa metropolitana ha repartido más de 10.200 unidades.

Gracias a esta iniciativa, alrededor de 2.300 usuarios han obtenido un premio como recompensa al conseguir todos los sellos y completar el itinerario de la ruta. Además, los visitantes han mostrado un alto grado de satisfacción, con una nota media de 9,82 sobre 10, y de recomendación tras realizar estas actividades.

Nuevos recorridos virtuales

La nueva web de Metro de Madrid permite descubrir todos estos espacios desde cualquier parte del mundo. Esta iniciativa, que ofrece recorridos virtuales de instalaciones incluso no visitables o ya desaparecidas, acerca el legado del suburbano madrileño, disponible en múltiples idiomas.

Tras una exhaustiva labor de investigación historiográfica, la empresa pública ha trabajado en la restitución digital de la realidad ya desaparecida o transformada mediante técnicas de recreación de alto impacto, una actuación qie no solo preserva el patrimonio en su aspecto original, sino que ayuda a la difusión de la historia del metro madrileño y del entorno en el que se ha desarrollado. Así, más allá de las infraestructuras abiertas al público de forma presencial, los usuarios también pueden disfrutar de experiencias inmersivas para trasladarse al pasado y recorrer las ocho primeras estaciones de la red o tres de las pioneras subestaciones eléctricas.