Los presidentes de Renfe y de Stadler Rail Valencia, Isaías Táboas e Iñigo Parra, respectivamente, firmaron el pasado jueves el contrato para la compra de 59 trenes de gran capacidad para Cercanías, por importe de 998 millones de euros.
(19/07/2021) El contrato suscrito, cuya adjudicación fue aprobada por Renfe el pasado mes de marzo, contempla la fabricación de veinticuatro trenes de cien metros de longitud, y 35 trenes de doscientos metros cada uno. Asimismo, incluye las piezas de parque, el almacén inicial de repuestos y sus utillajes, y el mantenimiento durante quince años.
Stadler estima que el contrato con Renfe para la fabricación de estos 59 trenes en su planta de Albuixech (Valencia) creará unos quinientos empleos directos.
Trenes con un 20 por ciento más de capacidad y 100 por cien accesibles
Los nuevos trenes, que se destinarán al servicio en los grandes núcleos de Cercanías, tienen una capacidad de al menos novecientas plazas cada uno (un 20 por ciento más que los actuales Civia). Además, minimizarán el tiempo de bajada y subida de viajeros, mediante un avanzado diseño con un mínimo de diez puertas y amplios vestíbulos.
Asimismo, todos ellos serán totalmente accesibles para facilitar el viaje de personas con movilidad reducida, y dispondrán de conexión wifi y zonas para bicicletas y carritos infantiles.
Plan de renovación de la flota
Esta operación forma parte del Plan de renovación de la flota puesto en marcha por Renfe en 2019, con el objetivo de garantizar la calidad y mejora de los Servicios Públicos en los próximos años, y que supondrá la renovación del 50 por ciento de los trenes de Cercanías y Media Distancia.
Renfe está realizando el mayor esfuerzo inversor de las últimas décadas en la compra de material rodante para contribuir al impulso de la recuperación económica, con licitaciones que superan en conjunto los 3.500 millones de euros y que generarán alrededor de 52.000 nuevos empleos.
La adquisición de estos trenes permite atender las previsibles necesidades de rejuvenecimiento de la flota, con el incremento de la fiabilidad y reducción de las incidencias, el aumento de la eficiencia energética, así como la adecuación a las obligaciones de implantación de la accesibilidad y el incremento de la seguridad en el sistema ferroviario.
A este respecto, Renfe pretende reducir la edad media del parque ferroviario, especialmente de Cercanías y Regionales, que cuentan con trenes que, en algunos casos, superan los treinta años de antigüedad y acumulan el 80 por ciento del servicio público de la operadora.