Uno de los principales corredores ferroviarios de Alemania, Francfort-Mannheim, permanecerá cerrado durante meses por la reforma de la debilitada red ferroviaria alemana, que se espera que dure hasta finales de la década.
Estación Central de Hamburgo. |
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(18/07/2024)
Se culpa a años de inversión insuficiente y falta de dirección política por el estado de los Ferrocarriles Alemanes, que en los últimos años se han visto acosados por un aumento masivo de averías, retrasos, cancelaciones y otros percances técnicos importantes. DB se ha convertido en el blanco de críticas internacionales durante la Eurocopa de fútbol 2024, debido a la gran cantidad de retrasos producidos.
La renovación comenzará con el tramo de setenta kilómetros entre Francfort y Mannheim, una conexión nacional e internacional clave por la que circula uno de cada siete trenes de larga distancia hasta los trescientos diarios, con 15.000 pasajeros, y que también es vital para tráficos de mercancías.
Los pasajeros tendrán que utilizar rutas alternativas, cambiar a servicios de autobús de reemplazo o utilizar automóviles. El tráfico de mercancías se ve obligado a buscar rutas alternativas o recurrir a los camiones. El tramo estará cerrado durante cinco meses, tiempo en el cual DB reemplazará vías, agujas, traviesas, cajas de señales, cables aéreos y miles de toneladas de balasto.
También se modernizarán las veinte estaciones de ferrocarril a lo largo de la ruta y se sustituirán o instalarán barreras acústicas. Desde hace unos meses se están fabricando las piezas de repuesto necesarias en fábricas de Alemania, Europa y Asia. Las rutas afectadas incluyen Berlín-Hamburgo, Múnich-Salzburgo, Wiesbaden-Coblenza-Colonia y Colonia-Dortmund-Hamm.
Primera etapa, cuatro mil kilómetros
La primera etapa comprende un total de cuarenta tramos con una longitud total de 4.000 kilómetros, que Deutsche Bahn quiere renovar de aquí a 2030, con un coste aproximado actual de 40.000 millones de euros, Sin embargo, la financiación para los 39 corredores restantes sólo se ha asegurado parcialmente, y Alemania se enfrenta a elecciones federales el próximo otoño a más tardar, lo que plantea dudas sobre el plan.
El organismo rector de la industria de la construcción alemana también puso en duda su viabilidad, afirmando que los plazos no son realistas, debido al tamaño y la complejidad del proyecto, así como a la falta de personal. Los alemanes, atormentados por otros importantes proyectos de construcción recientes de naturaleza menos extensa, como el aeropuerto de Berlín, la Elbphilharmonie y la actual estación de Stuttgart, que han superado enormemente el presupuesto y los años de lo previsto, también se muestran escépticos.
Si bien aplaudieron la reforma, los ambientalistas lamentaron la falta de inversión en una red de transporte de la que depende la protección del clima y expresaron sus temores de que el compromiso con la reconstrucción sea poco entusiasta. Argumentan que la interrupción para los viajeros y los negocios podría alejar permanentemente a los usuarios de los trenes y trasladarlos a la carretera.
Todo el proceso, el mayor proyecto de renovación ferroviaria jamás emprendido por Alemania, según DB, será reflejado en una serie documental de televisión que, se espera, ayude a garantizar que los pasajeros permanezcan a bordo.