El lunes se despejó totalmente el interior del túnel de Atocha-Chamartín, tras retirar el tren accidentado el pasado 19 de octubre sin incidencias ni afectación a los servicios de alta velocidad. Los restos del tren se han destinado a reaprovechamiento industrial, aprovechamiento tecnológico para Renfe y reciclaje.
(11/12/2024) Los trabajos han concluido esta semana y la operación, de gran complejidad técnica, se ha desarrollado de manera coordinada entre Renfe, Adif, Alstom y Gescrap, compañía especializada en la gestión logística de residuos metálicos contratada para apoyar los trabajos de retirada del tren descarrilado.
Jornadas de cuatro horas, en horario nocturno
El plan de trabajo arrancó el 5 de noviembre y se diseñó para desarrollarse en horario nocturno, entre las 00.30 y las 04.30 horas, franja en la que no se registran circulaciones. Esto garantizaba que el tráfico ferroviario de alta velocidad, tanto de Renfe como de otros operadores, no sufriera afectaciones. Las labores se organizaron en varias etapas, diseñadas para seccionar y retirar por piezas el tren accidentado. Durante la primera hora de cada jornada (00.30 – 01.30 horas), los operarios retiraban las lonas protectoras y posicionaban las máquinas necesarias para el corte del tren.
Posteriormente, entre la 01.30 y las 02.30 horas, se realizaba el corte de las piezas del tren con maquinaria especializada y, en la tercera fase, de 02.30 a 03.30 horas, las piezas cortadas eran desplazadas al exterior del túnel utilizando locomotoras y otros equipos de carga. Finalmente, en la última hora de la jornada laboral (03.30-04.30 horas), se realizaba la limpieza de la vía, se reubicaban las lonas protectoras y se dejaba todo listo para la reanudación del tráfico de alta velocidad al amanecer.
Una vez concluidas las labores en el interior del túnel, las secciones retiradas del tren accidentado fueron trasladadas a los talleres de Fuencarral, donde gestionaron según los protocolos establecidos. Este proceso incluyó tanto el tratamiento de los residuos metálicos como la evaluación y recuperación de aquellas piezas que se encontraban en condiciones óptimas para su reutilización.
Limitaciones estructurales y de espacio
La finalización de esta intervención con grandes limitaciones estructurales y de espacio, fue posible gracias a una planificación y una ejecución precisas que, a pesar de la magnitud de las labores, permitieron mantener operativos los servicios ferroviarios en todo momento, sin incidencias ni afectaciones para los usuarios.
Uno de los momentos de mayor complejidad fue la retirada del cuarto coche íntegro del tren accidentado, realizada en la noche del 30 de noviembre al 1 de diciembre. Este proceso implicó el traslado de un coche no volcado y en una sola pieza desde el túnel hasta los talleres de Fuencarral. Fue necesario utilizar dos locomotoras coordinadas, una para remolcar el coche y otra para asistir desde la parte trasera, con el fin de asegurar la estabilidad del traslado en todo momento.
Esta operación requirió la dirección de la Brigada de Socorro de Renfe y el uso de equipamiento especializado, con el fin de asegurar la integridad del coche durante todo el trayecto. El traslado se realizó a una velocidad controlada, con personal en tierra supervisando cada etapa del recorrido. Finalmente, las locomotoras se estacionaron en el taller de Fuencarral, donde se aseguraron los calces del coche.
Gracias a la labor coordinada de todos los equipos de trabajo, tanto en este como en el resto de los procesos para la retirada del tren, el tráfico ferroviario de alta velocidad en la estación de Atocha no sufrió interrupciones. Con esta operación finalizada, el túnel de alta velocidad Atocha-Chamartín ha quedado completamente despejado y listo para continuar operando con normalidad.