(17/09/2024)  

El viaducto se encuentra sobre la cala de Lamiaran en el trayecto entre Mundaca y Bermeo, en un trazado recto de ancho métrico y vía única y un tablero de cuatro metros de anchura, que cruza sobre un acantilado a quince metros de altura. La estructura es de hormigón ciclópeo revestido de sillería, de noventa metros de longitud divididos en diez vanos. 

Su ubicación, le hace estar expuesto en una zona en mar abierto, cobijado parcialmente por el muelle principal de Bermeo. Esta situación implica que tiene que hacer frente a los temporales, de manera que el comportamiento estructural y la cimentación del mismo, se ven  expuestos a ellos

Proyectado en 1884 por el ingeniero Pablo de Alzola

El viaducto se construyó como parte del tramo Pedernales (Sukarrieta)-Bermeo, última fase de la línea Amorebieta–Bermeo. El tramo Amorebieta–Guernica y Pedernales, de veinticinco kilómetros, se inauguró en 1893, y fue proyectado por el ingeniero de caminos Pablo de Alzola y Minondo en 1884. Sin embargo, no fue hasta 1944 cuando comenzaron los trabajos de este último tramo, para dar continuidad a la línea, que se inauguró el 16 de agosto de 1955. 

La obra consiste en la reparación y protección del viaducto de Mundaca. Para ello, se ha proyectado  la ejecución de un dique de hormigón que proteja al viaducto de la energía de las olas, y que se ejecutará antes de acometer la obra de reparación prevista del propio puente. El dique que mitigará la energía de las olas se cimentará mediante micropilotes. 

Debido al emplazamiento del puente, y la necesidad de utilizar hormigón para la ejecución del dique, se dispondrá una tubería para bombeo del mismo desde el vial BI-2235 hasta la cala, que será un elemento provisional, con mínima afección al entorno, y que será retirada una vez finalizados los trabajos. 

Concluido el dique, se procederá a la reparación del viaducto, mediante andamios apoyados en las cimentaciones, ya al abrigo del nuevo dique, que servirán también como zona de acopios. Los trabajos consistirán en la restitución de las socavaciones, la protección frente a la carbonatación de los elementos de hormigón, la eliminación de vegetación y superficies calcificadas, el rejuntado y la reconstrucción de los muretes guardabalasto, que serán dotados de barandilla de protección.