Cookie Consent by FreePrivacyPolicy.com Inauguración del camino de hierro directo de Madrid a la frontera portuguesa en 1881

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El 8 de octubre de 1881 se inauguró la línea de ferrocarril directa entre Madrid y la frontera portuguesa, concretamente el tramo Cáceres-Valencia de Alcántara, con la presencia de los dos monarcas reinantes en España y Portugal. El acontecimiento mereció la atención de los periódicos de la época que le dedicaron luminosas crónicas.


(05/09/2005)  

InauguraciónLa línea de Madrid a la frontera portuguesa por Valencia de Alcántara, última población de la comarca occidental de España, lindante con la frontera lusa, fue inaugurada el 8 de octubre de 1881 con la presencia de los reyes Luis I de Portugal y Alfonso XII de España.
El viaje del monarca español, fue una continua manifestación de entusiasmo popular para cuya descripción el cronista de la Ilustración Española se reconoce impotente. Sólo a dos episodios del viaje se atreve a dedicar unas palabras, “esas honradas gentes del pueblo (en la estación de Herreruela) que buscaban afanosas a S.M. para adornarle, no quieren convencerse de que sea el rey D. Alfonso XII la persona que se les indica, -“Porque no lleva insignias y viste como los demás hombres”-; y esas cuatro niñas (...), bizarramente vestidas con el traje usual en el país que ofrecen a S.M. emblemas del candor y la inocencia: tórtolas y palomas”.
Del paso por el puente sobre el Tajo camino de Cáceres de la comitiva inauguradora, la pluma de Alonso Paredes Delgadillo, otro de los reporteros desplazados a Extremadura para narrar el acontecimiento, hace una encendida descripción.
Inauguración“...Aparece la locomotora del tren Real de 1881 en el puente de forja construido sobre el Tajo... Anchuroso corre el río. Sus aguas van tranquilas y majestuosas. Numeroso pueblo acude a ambas márgenes. Dos balsas enromes nadan en la masa líquida. El tren se detiene en medio del puente. Aquella pesada balumba de hierro se destaca en el fondo semi-dorado de un hermoso cielo clarísimo, como el delirio de un poeta que hubiese soñado con la realización de los bellos imposibles de la ciencia... Suena el vapor en el pito de la locomotora. El tren Real se aleja a toda marcha”.
Llegado el tren a Valencia de Alcántara se empezaron a desarrollar los actos de inauguración y el encuentro –cumbre se diría hoy- de los dos monarcas y sus cumplidísimos séquitos.
“Hállase construida la estación de Valencia de Alcántara a dos kilómetros de la villa, y ofrecía vistoso aspecto en la mañana del ocho del actual, con motivo de la entrevista que allí habían de celebrar los reyes de Portugal y de España: adornaban varios arcos de follaje, banderas y escudos de las naciones vecinas, flámulas y gallardetes, y caminábase desde ella por blanca alfombra hasta el campamento, que estaba emplazado a no larga distancia, y en el cual descollaban, entre varias tiendas, la regia del campamento de Amaniel y la africana de Muley-el-Abbás.”
Inauguración“A las ocho de la mañana llegó el tren español, y S.M. el rey don Alfonso bajó al andén, entre los vítores de la numerosa concurrencia que le esperaba; a las nueve llegó el tren portugués, que había sufrido un retraso de veinte minutos, y descendió de él S.M. el rey D. Luis, que también fue aclamado por el pueblo y saludado con salvas de artillería.”
“La primera entrevista de los dos monarcas no pudo ser más afectuosa, abrazándose ambos y besándose cariñosamente.”
“El rey D. Alfonso vestía uniforme de capitán general, y llevaba la banda portuguesa de la Torre y la Espada, y el rey don Luis tenía uniforme de almirante, y ostentaba en el pecho el Toisón de Oro y la banda tricolor portuguesa; seguían al de España los señores Jefe superior de Palacio, Presidente del Consejo de Ministros, Ministro de Estado y otros personajes, y al de Portugal, los ministros de Hacienda, Guerra y Marina, varios chambelanes y ayudantes de órdenes y otros dignatarios del reino.”
“Acto continuo, los dos Soberanos, seguidos de su respectivo acompañamiento, salieron de la Estación para dirigirse a la tienda (...). En el tránsito desde la Estación al campamento fueron aclamados con ferviente entusiasmo por la muchedumbre de gentes del pueblo que llenaba los alrededores; bajo el pabellón regio se verificó la presentación mutua de altos funcionarios; en seguida fue servido un espléndido almuerzo, sentándose a la mesa de los Reyes los personajes de superior jerarquía, y, bajo la tienda africana, en mesas que presidían el Sr. Marqués de Alcañices y el general Echagüe, sirvióse también el almuerzo a los demás individuos de ambas comitivas.”
Inauguración“Después del almuerzo, que terminó sin brindis, SS.MM. y todos los personajes de ambas cortes regresaron a la Estación y subieron al tren Real, que estaba dispuesto, y que partió inmediatamente para la histórica ciudad de Cáceres, donde habría de celebrarse la inauguración oficial de la línea.”
Ya en Cáceres, “(...) adonde llegaron a las dos de la tarde, los regios huéspedes recibieron el homenaje de respeto de las autoridades de la ciudad y la provincia y señaladas pruebas del leal afecto de la inmensa muchedumbre que ocupaba los alrededores del edificio.”
“La solemne bendición de las máquinas no tuvo, por la copiosa lluvia que caía constantemente, gran lucimiento: revestido de hábitos pontificales, esperaba en el andén el Ilmo. Sr. Obispo de Plasencia, asistido por el Ilmo. Sr. Obispo de Coria y comisiones del cabildo catedral de ambas ciudades y del parroquial de Cáceres; las adornadas locomotoras, obedientes a la dirección de los maquinistas, avanzaron hasta situarse al pie del altar que estaba dispuesto para el acto; el prelado, en fin, previa la venia de SS.MM., bendijo, con arreglo al ritual católico, a las máquinas, confundiendo en una plegaria los progresos de la ciencia y la industria modernas con las legítimas aspiraciones de la Iglesia, que van siempre encaminadas hacia la mayor prosperidad de los pueblos.”