(19/10/2023)  

El estudio analiza cómo se cuantifica "la adición a la modalidad B" de los cánones establecidos por los administradores de infraestructuras, que representa  el 30 por ciento de estos ingresos, ya este importe repercute en el coste del billete. El otro 70 por ciento lo componen la modalidad A, B, C y el cobro por las instalaciones de servicio.

Entre sus conclusiones, se resalta que, en la actualidad, en el mercado español estas tarifas se fijan sin realizar un análisis de la situación. A este respecto, se exponen los aspectos que tendrían que considerarse a la hora de establecer estas cantidades y se formula un mecanismo para dar concreción a la regulación europea en este aspecto.

Para este cálculo, la consultora ha elaborado una herramienta que consiste en una simulación de los resultados económicos de un operador teórico para las cuantías propuestas por Adif. En esta estimación se incluye cuál es la demanda que se pretende conseguir y el precio del billete que permitiría alcanzarla.

Aunque se destaca que este importe varía en función de cada corredor, en el caso del trayecto entre Madrid-Barcelona, la simulación indica que la cuantía que pagan los operadores tiene una repercusión en el billete de unos quince euros por trayecto, una cantidad que consideran que influye a la hora de elegir los desplazamientos entre coche o tren. Por este motivo, desde KPMG se estima que el establecimiento de un mecanismo objetivo de cálculo garantizaría una mayor competitividad y un aumento de la demanda.

Para la consultora, aunque los resultados de la liberalización son positivos en el mercado español, el desarrollo de un marco de cánones adecuado, contribuiría a un aumento de la demanda y a avanzar en los objetivos de descarbonización del transporte.