Page 91 - Revista Vía Libre Nº 648 - Febrero 2020
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ARCHIVO EUSKOTREN/MUSEO VASCO DEL FERROCARRIL                                                              furgón de cola





















                                                               El destacamento penal de Bermeo se clausuró en 1958
                                                                   tras concluir las obras del ferrocarril en 1955.
                  En estos destacamentos los penados se
            encontraban a las órdenes de los contratistas de   debían excavar y cargar cuatro vagonetas por reo.
            las obras a las que estaban asignados, bien fueran      Los accidentes eran desgraciadamente fre-
            empresas  constructoras bien otras instituciones   cuentes ante la inexistencia de cualquier medida de
            como obispados y órdenes religiosas.              prevención, siendo muchos de ellos mortales, mien-
                  La jornada laboral, de lunes a sábados, se   tras que la silicosis, sobre todo en las obras subte-
            iniciaba a las ocho de la mañana, trabajando inte-  rráneas, se llevó la vida de muchos presos incluso
            rrumpidamente hasta el mediodía. Tras una breve   años después de haber recobrado la libertad.
            pausa para la comida, se reemprendía la faena has-      Los presos malvivían en barracones cons-
            ta las seis o las siete de la tarde, aunque en oca-  truidos por las empresas contratistas, siendo sus
            siones podía prolongarse aún más. En principio, los   instalaciones muy precarias, dado su carácter pro-
            domingos, la única actividad era la celebración de   visional. En cuanto a la alimentación, siempre fue
            un oficio religioso en los propios barracones en los   pobre y, desde luego, muy inferior a las ya escasas
            que se alojaban los presos, que también recibían   raciones oficialmente reconocidas por las institu-
            charlas reeducativas.                             ciones penitenciarias, dadas las corruptelas y frau-
                  Por lo general, se carecía de maquinaria    des habituales en los tiempos del estraperlo y el
            sofisticada para la realización del trabajo enco-  racionamiento.
            mendado, por lo que el esfuerzo físico desarro-         Insuficientemente alimentados y desprote-
            llado por los presos era extenuante. Se disponía   gidos ante la dureza del clima, sobre todo en las
            de pequeñas vagonetas sobre vías portátiles para   zonas de montaña, las enfermedades entre los re-
            el acarreo de los materiales y escombros, siendo   clusos llegaron a ser tan fatales como los propios
            habitual trabajar jornadas a destajo en las que se   accidentes.




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