Page 66 - Revista Vía Libre Nº 647 - Enero 2020
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historia
furgón de cola
Aspecto de la playa de vías de la
estación de Játiva, lado La Encina,
donde se pueden observar varias
hileras de vagones en las vías y una
toma de agua.
FOTOTECA DEL ARCHIVO HISTÓRICO FERROVIARIO
contrario de lo supuesto por el mencionado vaticinio más grave que esta traba institucional resultaba para
de William Chadvíck, sí tuvo rival. Y, además, no uno Campo que la línea Madrid-Almansa y el tramo Al-
cualquiera; sino alguien tan poderoso como José de mansa-La Encina (parte de la línea Almansa-Alicante)
Salamanca. estuvieran bajo el dominio de su acérrimo rival.
De momento las cosas fueron bien ya que, a Salamanca, maestro como nadie en manejar
partir del 21 diciembre de 1854, puso en explotación los bastidores cortesanos, logró el 9 de marzo de
la totalidad de los 59,7 kilómetros que unían Grao, 1855, en efecto, que las concesiones de la línea fe-
Valencia y Játiva. Quedaba pendiente, pues, construir rroviaria Madrid-Almansa quedaran agrupadas en
el tramo Játiva-La Encina, localidad esta en donde se una única por 99 años, lo cual dio lugar a la cons-
bifurcaban las líneas Madrid-Valencia-Alicante y se titución del llamado Ferrocarril del Mediterráneo.
conectaba para poder llegar a la capital. Pero como su motivación no era otra que la marcada
No obstante, cabría concluir que, según la edi- por los sinister interests de Jeremy Bentham, pronto
ción del 8 de septiembre de 1859 de El Guadalaviar, hizo negocio traspasando la línea a los Rothschild. La
la utilización del tren entre Valencia y El Grao no era operación fue aprobada por la Real Orden de 25 de
muy habitual ya que durante la temporada de baños septiembre de 1856 y la línea quedó abierta a la explo-
“el camino del Grao, desde mucho antes de amanecer, tación el 17 de noviembre de 1857.
hasta las primeras horas de la noche, está incesante- Pero esta compra quedaba condicionada a
mente lleno de coches, tartanas, carros y vehículos, que los empresarios franceses se hicieran también
desconocidos, sin nombre, que caminan, corren y se con los derechos del ferrocarril de Almansa a Alican-
cruzan con indecible rapidez”. te. Cabe recordar que este último tenía su origen en
Cuando la Ley General de Ferrocarriles de la concesión otorgada el 4 de septiembre de 1852 a
1855 decretó que la línea Madrid-Alicante era la ele- José Vindes (marqués de Ríoflorido) y que este lo ce-
gida para dar salida al Mediterráneo a la capital de la dió, a su vez, el 25 de enero de 1853, a la Compañía del
Monarquía, todo se tornó pesimismo. Pero, aun así, Ferrocarril Alicante-Almansa, cuyo principal accio-
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