China está interesada en ayudar a Turquía en modernizar su red ferroviaria, con una inversión de alrededor de 58.200 millones de euros. El proyecto podría proporcionar a los transportistas de mercancías europeos una ruta alternativa para evitar Rusia en medio de la guerra en curso en Ucrania.
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(20/01/2025)
Las mejoras propuestas incluyen la electrificación de las líneas existentes, la construcción de nuevas rutas nacionales, un puente en Estambul y una línea ferroviaria de alta velocidad que conecte Estambul con Ankara.
El desarrollo de la infraestructura ferroviaria de Turquía se considera un componente clave en la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de China para conectar Europa y Asia.
Turquía fue una de las primeras naciones en respaldar la Iniciativa del Cinturón y la Ruta China. En 2015, Turquía y China formalizaron su colaboración a través de un memorando de entendimiento. Se prevé que la empresa estatal china CRRC Zhuzhou Electric Locomotive, que ya opera una fábrica en Turquía, desempeñe un papel importante en las mejoras. La empresa dejó su huella en Estambul el año pasado, al presentar el tren subterráneo más rápido de la ciudad. También se invitará a otras empresas a presentar ofertas en un proceso de licitación abierta, que comenzará pronto.
Aumento de los tráficos de mercancías entre China y la Unión Europea
Turquía aspira a convertirse en un centro ferroviario clave para el comercio euroasiático. En este sentido, se está posicionando como un centro neurálgico para el comercio euroasiático, en particular a medida que los transportistas europeos buscan alternativas a Rusia debido a la guerra en curso en Ucrania.
A pesar del creciente interés en rutas alternativas, la red de transporte ferroviario de mercancías entre China y Europa todavía depende en gran medida de la ruta que pasa por Rusia. Más del 90 por ciento del tráfico ferroviario entre China y Europa utiliza el Corredor Norte, que pasa por Rusia y Bielorrusia. Sin embargo, las sanciones de la Unión Europea y las contrasanciones impuestas por Rusia han presentado desafíos.
Por ejemplo, los operadores de Italia manifestaron su preocupación el año pasado por el hecho de que los contenedores que viajaban por la ruta ferroviaria China-Europa se detuvieran en Rusia para realizar inspecciones, con el fin de garantizar que no contuvieran mercancías incluidas en la lista de embargo del país.
Rusia ha explicado que, si bien algunas cargas en tránsito procedentes de China con destino a la Unión Europea se enfrentaron a controles adicionales, estos casos no fueron frecuentes. La mayoría de los envíos que se sometieron a un escrutinio adicional ya han sido autorizados para su entrega más allá de las fronteras aduaneras de Rusia.
De hecho, Rusia ha seguido facilitando el tránsito de carga ferroviaria a través de su territorio de manera estándar, sin imponer inspecciones adicionales a los envíos, a menos que se considere necesario.
Las entregas en tránsito de carga ferroviaria desde China a la Unión Europea a través de Rusia aumentaron en 2024 en comparación con 2023. Sin embargo, la capacidad de los ferrocarriles rusos ha demostrado ser insuficiente para satisfacer la creciente demanda de tráfico ferroviario entre China y Europa.