Metro de Madrid es el primer gran operador de metro nacional, y el segundo en Europa, que calcula las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por sus actividad. Su “huella de carbono” es seis veces menor que la del coche, tres veces inferior a la de la moto o el autobús.
(16/04/2012) Metro de Madrid calcula desde el año 2010 su huella de carbono hasta el alcance 3, lo que incluye las emisiones de proveedores y desplazamientos in itinere de los empleados y que engloba también las emisiones indirectas por consumo de electricidad.
Todavía sin datos consolidados de 2011, en 2010 la huella de carbono de Metro de Madrid se cifró en 37,03 gramos de dióxido de carbono equivalente por pasajero/kilómetro, la más baja en comparación con cualquier otro modo de transporte motorizado. Además de este control de las emisiones de gases de efecto invernadero, Metro de Madrid ha implantado medidas de eficiencia energética, para uso sostenible de agua (ver noticia), gestión eficiente de residuos o la disminución de ruido y vibraciones.