El Tranvía Azul, promovido para comunicar la parte de la montaña más cercana a la ciudad de Barcelona, junto con el funicular del Tibidabo, es considerado un auténtico museo en movimiento bautizado con su nombre característico por el color de sus coches. Actualmente, después de haber estado fuera de servicio en varias ocasiones, realiza un recorrido turístico de unos 1.300 metros de longitud con un desnivel de cien metros aproximadamente.
(08/11/2016)
Siguiendo el proyecto de urbanización de lo que hoy es la avenida del Tibidabo y el parque de atracciones, promovido por Andreu, el único superviviente de la edad dorada de los tranvías en Barcelona, el Tranvía Azul, tenía la misión inicial de llegar hasta la salida del funicular del Tibidabo para conectar, conjuntamente, la montaña con la ciudad.
Actualmente, realiza ese mismo recorrido desde la plaza John F. Kennedy a través de la avenida del Tibidabo, entre construcciones modernistas y novecentistas, hasta dejar atrás la ciudad rodeándose de naturaleza para alcanzar la estación del funicular que conduce al parque de atracciones del Tibidabo.
Historia
La Sociedad Anónima del Tibidabo decidió, en 1905, ampliar el trayecto que el Tranvía Blau venía realizando desde 1901 prolongándolo hasta la plaza Verdaguer en Vallvidrera, con un recorrido de 4.000 metros por vía única que permaneció operativo hasta los años treinta, cuando la línea fue reducida hasta la extensión que mantiene actualmente.
Antes de que tuviera lugar la reducción de la línea y a partir de 1922, el tranvía comenzó a sufrir varias remodelaciones para ajustar su servicio a la creciente demanda de pasaje. Finalizadas las obras de mejora en 1958, el tranvía no era rentable para la Sociedad Anónima del Tibidabo, que acabó por cederlo a la ciudad, en 1979, para garantizar la continuidad del servicio.
Dos años después, en 1981, la línea azul del tranvía de Barcelona, ya se había convertido en un símbolo de la ciudad y en un gran atractivo turístico para los visitantes. A partir de ese año, la línea es operada por Transportes Metropolitanos de Barcelona, TMB, que se encarga de llevar a cabo una serie de renovaciones en la vía y en la red eléctrica, para que el tranvía siga funcionando a pleno rendimiento.
Casi una década después, en 1990, el servicio del tranvía tiene que paralizarse por las obras que se llevan a cabo para la construcción de la ronda bajo la avenida del Tibidabo. Durante un tiempo, el servicio regular de transporte de viajeros se realizará en autobús y no será hasta 1991, coincidiendo con la celebración de los noventa años del tranvía de la línea azul, cuando el servicio vuelva a estar operativo.
Actualmente se mantiene el servicio, varios convoyes históricos, restaurados que conservan todo el encanto histórico de los 115 años de vida de la línea, circulan por la avenida del Tibidabo los fines de semana, los festivos y durante todo el verano.
Respecto a la histórica red general de tranvías de Barcelona, sería preciso destacar que permaneció prestando servicio hasta 1971, año en que se suprimieron los últimos coches, quedando la red cerrada hasta que en 2004, cuando se inauguraron el Trambaix y el Trambesós.