(21/01/2014) Los nombres de las estaciones de la red de Metro son conocidos por todos, o por casi todos, porque con 293 kilómetros y trescientas estaciones, ya es complicado tenerlas todas en la memoria. Trescientas estaciones son muchos nombres, cada uno con una historia, un personaje, un suceso, un edificio.

Muchas veces los nombres de las estaciones clonan los nombres de las calles que tienen encima, pero en otras tienen otras referencias. En todo caso, detrás de cada nombre hay una historia, y exhumar las historias que hay detrás de cada nombre de estación es el propósito que guió al periodista Rafael Fraguas al afrontar su libro "Madrid por dentro". Nada hay más "dentro" de las ciudades que el metro, aunque en los últimos años algunas de las vías se hayan subido a la superficie trocadas en metros ligeros.

Son 46 las estaciones que el autor ha utilizado para engarzar sus pequeños artículos. Es frecuente que en cada capítulo la referencia al objeto central del nombre de la estación se acompañe de otros pequeños apartados referidos a algún edificio o paraje próximo a la boca de metro en cuestión, o de referencias a algún suceso histórico acaecido en las proximidades, o de algún vecino ilustre de ese vecindario.

Hay un capítulo especialmente ameno dedicado a bromas con los nombres de las estaciones, las confusiones que se generan con algunas de ellas o los  cambios de denominaciones que han tenido con el paso de los años.

En el libro, muy poco ferroviario en conjunto, sólo la introducción hace un breve bosquejo del arranque del metro como sistema de transporte en la ciudad, de las dificultades para echar adelante el proyecto. Pero es una oportunidad para el disfrute y ampliar la cultura general el argumento que nos presenta Fraguas, hilando de manera muy amena, muy periodística, una sucesión de historias de personajes y relatos urbanos, unidos por el Metro de Madrid. Al final cuenta con una relación onomástica que ayuda al lector a establecer relaciones.