La ministra de Fomento, Ana Pastor, se reunió ayer con los presidentes de las once empresas que van a formar parte del consorcio español que optará al concurso de la línea de alta velocidad Río de Janeiro-Sao Paulo-Campinhas, las empresas Talgo, Elecnor, Cobra, Abengoa, Indra, Thales, Bombardier, Dimetronic, y las entidades públicas Adif, Renfe e Ineco.
(30/05/2013) La ministra trasladó el apoyo del Gobierno a los integrantes del consorcio que optará al concurso de la primera fase de la línea de alta velocidad que tendrá una longitud de 511 kilómetros (de los cuales 92 discurren en túnel y 107 en puentes y viaductos).
La línea Río de Janeiro–Sao Paulo–Campinhas unirá las dos ciudades más pobladas de Brasil, dando servicio a un corredor que aglutina al 20 por ciento de la población brasileña, unos cuarenta millones de personas, y que acumula el 33 por ciento del PIB del país.
La línea está proyectada para una velocidad de 350 kilómetros/hora, y están previstas estaciones en tres aeropuertos internacionales (Río de Janeiro, Sao Paulo y Campinhas).
Proyecto en dos fases
El Gobierno brasileño ha separado el proyecto en dos fases: Fase I, que incluye la operación y la tecnología (trenes y sistemas) y Fase II, que incluye la construcción de la infraestructura. Se otorgarán dos concesiones diferentes, una para cada fase, con una duración de cuarenta años.
El coste previsto del proyecto asciende a más de 13.000 millones de euros, de los cuales unos 2.450 millones se destinarán a la Fase I y 11.200 millones para la Fase II. El pliego para la licitación de la Fase I se publicó el 13 de diciembre de 2012, y el plazo para la entrega de ofertas concluirá el próximo 13 de agosto.