(22/01/2013) El acuerdo de asociación tiene como objetivo contribuir a avanzar en la reconstrucción del Corredor Noreste Boston-Nueva York-Washington D.C y en el desarrollo de una red californiana de alta velocidad de ochocientos kilómetros, estableciendo un “estándar estadounidense” para el material de alta velocidad de viajeros, que podría fabricarse y suministrarse en el país y producirse para el resto del mundo.

Amtrak anunció en diciembre que había abandonado sus planes para alargar sus actuales unidades Acela, utilizadas en los mejores servicios del Corredor Noreste, en favor de adquirir una flota completamente nueva. Según Amtrak, la ocupación récord del Corredor Noreste en los pasados diez años ha influido en su intención de adquirir un lote inicial de doce trenes con capacidad de entre cuatrocientos y seiscientos viajeros. Ello aumentaría la actual flota Acela de veinte trenes de seis coches. Un pedido posterior, a principios de 2020, sustituiría los vehículos existentes. Amtrak está buscando un tren con tracción distribuida apto para circular a 240 km/h en la línea existente y a 350 km/h en cualquier otro trazado que se construya posteriormente.

Material más ligero y rápido

Asimismo, Alta Velocidad de California necesita material de alta velocidad exclusivo para operar la primera fase de la línea Madera-Bakersfield, de 210 kilómetros, perteneciente a la futura línea San Francisco-Los Ángeles. El organismo está buscando una unidad de doscientos metros de longitud apta para 350 km/h, con capacidad entre 450 y quinientos pasajeros.

La Administración Federal de Ferrocarriles afirma que animó a Amtrak y a Alta Velocidad de California a “trabajar juntas, tras las conversaciones mantenidas con el grupo especial de ingeniería de su comité asesor de Seguridad Ferroviaria sobre las diversas formas de facilitar “la adquisición de equipos ferroviarios más ligeros, rápidos y energéticamente eficientes”.