Ayer se presentó en el Centro Cultural Bancaja de Valencia el libro “El legado de la ingeniería valenciana. 115 años de los Devís a Vossloh (1897-2013)”, primer volumen de la colección que el Colegio de Ingenieros Industriales de la Comunidad Valenciana ha puesto en marcha para reivindicar el valor del patrimonio industrial valenciano.
(13/11/2013) Los autores, Francisco Signes Martínez y Joaquín Capilla Alpera, que fueron trabajadores de la empresa Macosa, repasan en este volumen la historia de Vossloh desde sus orígenes hasta a la actualidad, una empresa que nació a finales del siglo XIX en Valencia y que se ha convertido en uno de los pilares de la industria valenciana. A su documentada memoria se añaden gran cantidad de imágenes de gran valor histórico, que ilustran el proceso de cambio que ha experimentado esta factoría.
Como complemento al libro, el Colegio de Ingenieros pone a disposición de los interesados material audiovisual que estará disponible para su consulta en la página web del Colegio, e irá ampliándose de forma progresiva.
Con la publicación de esta obra, se inicia una colección sobre el patrimonio industrial valenciano, cuyo objetivo es documentar la importancia de este sector en la economía de esa Comunidad.
El antiguo taller de calderería
El libro se estructura en tres grandes capítulos, el primero de los cuales “Los cimientos de la industria metalúrgica valenciana (1897)” se dedica a repasar la historia del antiguo taller de calderería que fundaron Miguel Devís y José Noguera a finales del XIX, con 2.500 pesetas de capital social, que ha acabado por convertirse en la industria decana de la metalurgia valenciana.
En un principio, el taller se centró en trabajos para la industria manufacturera y calderas de vapor destinadas a usos agrícolas. El pequeño taller del barrio de Marxalenes evolucionó en paralelo a las necesidades de la industria, con varias fases de expansión. En 1925 estuvieron acabadas las nuevas naves de la calle San Vicente, adonde se trasladó la actividad de la firma, que entonces ya se llamaba Devís e Hijos, para estar más cerca de la estación de ferrocarril.
En 1929 la sociedad se transformó en Construcciones Devís y continuó con el proceso de ampliación de las naves. La empresa estaba en condiciones de construir “…locomotoras, coches y vagones de todas las clases, puentes, armaduras y entramados metálicos, depósitos y tuberías, fábricas completas de orujos…”, según declaró Miguel Devís en 1932 a la revista Blanco y Negro. La firma se colectivizó durante la Guerra Civil y vivió la constitución de Renfe en 1941.
El nacimiento de Macosa
El segundo capítulo, “La dimensión nacional de un proyecto: Macosa (1947)”, se centra en la creación y desarrollo de esta empresa, que en sus orígenes se trasladó a las naves de la calle San Vicente y, ya a en la década de los setenta, se construyó la nueva factoría en el polígono de industrial de Albuixech, donde se derivó la mayor parte de la producción.
En 1947, la fusión de Construcciones Devís y Materiales y Construcciones, S.A. convirtió a la firma valenciana en parte de una empresa nacional y significó un salto cuantitativo, tanto en el volumen de negocio como en recursos financieros. Apellidos como Villalonga o Noguera hacen aparición en la historia de la factoría.
Durante los más de cuarenta años de trayectoria de Macosa, el taller metalúrgico se transformó en gran fábrica: se firmaron acuerdos con General Motors, se diversificaron las actividades y se consolidó la producción de calderería pesada. A principios de los 60 se empezaron a construir locomotoras diesel-eléctricas, que permitieron dar el salto internacional.
A mediados de los 70, las instalaciones de la calle de San Vicente se habían quedado pequeñas. Macosa se trasladó al polígono industrial del Mediterráneo, en Albuixech, donde siguió creciendo, con el ciclo expansivo de esos años, hasta 1979, "annus horribilis" de la firma. Tras una profunda reestructuración y una breve mejoría, en 1983 la crisis castiga con fuerza al sector ferroviario. La década de los ochenta supone un largo declive y la pérdida de buena parte del volumen de negocio.
La llegada de las multinacionales
El tercer bloque “La integración de las grandes multinacionales europeas de construcción (1991)” arranca con la absorción de Macosa por Alstom y, más tarde, por la multinacional alemana Vossloh, denominación bajo la cual opera en la actualidad.
En 1991, Macosa se integra en la mulltinacional GEC Alstom, que a su vez se transformó en Alstom en 1998. A principios de los 2000, la multinacional acometió una desinversión al vender los terrenos de Albuixech a Ballester con un compromiso de alquiler a diez años más cinco opcionales.
El plan de viabilidad para Alstom incluyó la venta de la factoría valenciana a Vossloh en 2005, que tras ocho años de actividad mantiene al viejo taller de los Devís en primera línea del mercado mundial de material ferroviario.
Caldera de vapor industrial (1911) |
Locomotora diesel eléctrica Renfe 333.327 (2004) |
Locomotora de vapor MIKADO 141.2206 en Alcira (1953) |
Locomotora diesel eléctrica EURO 4000 Comsa 335.002 (2006) |
Vista aérea fábrica de Albuixech |
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De izquierda a derecha: Miguel Muñoz (presidente de la Comisión de Patrimonio Industrial del COIICV), Íñigo Parra (presidente de Vossloh-España), Isabel Bonig (consellera de Infraestructuras de la Generalitat Valenciana), Francisco Javier Turégano (decano del COIICV), Francisco Signes y Joaquín Capilla (coautores del libro).
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