Este invierno ha visto la luz un nuevo trabajo de historia ferroviaria. Andrés Botanch, ferroviario oscense e historiador, ha dedicado su tiempo a investigar el pasado de una línea ya desaparecida, lque unió la estación de Selgua con la capital del Vero, Barbastro.
(12/02/2013) Con la ayuda de la Diputación de Huesca, un ferroviario de la villa de Monzón, Andrés Botanch, ha publicado un libro dedicado a la memoria del ferrocarril que unía su pueblo, a través de la estación de Selgua, con la ciudad de Barbastro. Fue una modesta línea de ancho ibérico que fue cerrada completamente el uno de enero de 1985, pero que ya desde 1969 había perdido sus trenes de viajeros. En 2004 la voracidad urbanística dio al traste con la potente estación de Barbastro, el término de la línea, y solo los, cada vez más escasos restos de la línea y ahora este libro, dan fe de una historia ferroviaria que se inició en 1880.
Botanch afronta su trabajo al hilo de las monografías de líneas ferroviarias. En sus 275 páginas presenta todo el proceso de alumbramiento del ferrocarril, desde los primeros proyectos tranviarios al definitivo ferroviario que se abrió en 1880. Aquel ferrocarril, de apenas veinte kilómetros y sólo una estación intermedia, en Castejón del Puente, siempre fue un sencillo ramal con un modesto tráfico que sólo se animó por temporadas, por algunas obras singulares en la zona o por los tristes episodios bélicos que sacudieron la zona durante la Guerra Civil.
La "Burreta" era el cariñoso nombre que los paisanos dieron a aquel ferrocarril. Botanch va mostrando a lo largo de libro los elementos de la modesta infraestructura, que contaba con un túnel, así como las estaciones de la línea, de la cual sólo sobrevive en servicio la de Selgua, por ser común con la de la línea de Zaragoza a Lleida. Por la línea se canalizó durante 89 años el movimiento de viajeros, y durante apenas dieciséis años más también el movimiento de la producción agrícola y ganadera de las comarcas prepirenaicas.
Fueron en total pues 95 años de servicios ferroviarios que el autor va presentando a lo largo de la obra, documentando con un anexo estadístico el detalle del movimiento de la línea. En clave más cualitativa va mostrando el tipo de servicios que surcaron sus carriles, acompañando los textos con una valiosa colección de imágenes. Así, aparecen reproducciones de los planos de los proyectos originales, una colección de fotografías históricas del ferrocarril y, como contraste, las imágenes de los restos del trazado ya desprovisto de raíles en nuestros días.
Más información sobre este trabajo en blog creado al efecto.
http://ffccselguabarbastro.blogspot.com.es/