La palabra “Crossrail” suena a esperanza para los ciudadanos de Londres. Es el nombre del tren de cercanías que atravesará la ciudad de oeste a este, previsiblemente en 2017. Con él se quiere poner punto y final a la saturación del transporte público en la ciudad que provoca día tras día retrasos y averías por toda la red de Londres.
Rob Heden, el director del Crossrail |
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(06/04/2010) La construcción del nuevo Crossrail comenzó hace menos de un año, en mayo de 2009, con la promesa de que el tramo central llegaría a la parada de Stratford para 2012, donde estará la villa olímpica. Sin embargo será imposible cumplirla, según confirmó en un encuentro con Vía Libre en Londres el director de Crossrail, Rob Heden.
Pero Heden asegura que no admitirá retrasos en la fecha final. “Tengo persuadido a mi equipo de que no contamos con un penique más de los 15.9 billones de libras (17.900 millones de euros) en los que está presupuestado Crossrail. Somos conscientes de que más tiempo significa más dinero en una obra como esta y la economía actual no está como para gastar más sino menos. De hecho, intentaremos que el coste final de la obra sea menor”.
Aunque la esperanza de llegar a la villa olímpica en Crossrail se ha disipado, el futuro cercanías tiene la capacidad de cumplir otros anhelos muy necesarios dentro de las fronteras de Londres. El primero, sin duda, es descongestionar la red del metro y del ‘overground’, la otra red de cercanías que hoy complementa al suburbano. El segundo sueño es conectar la parte este de la ciudad que no tiene metro. Además, la zona oriental de Londres donde están los barrios de Hackney y Stratford (el lugar de la villa olímpica) es de las más degradadas de Londres. Se espera que el nuevo Crossrail, junto con el impulso de las Olimpiadas logre una regeneración económica de este área.
“La buena noticia”, según Heden, es que “no hay posibilidad que el inminente cambio de gobierno modifique los planes para el Crossrail. Los tres principales partidos están de acuerdo con el proyecto de Crossrail y en el de las Olimpiadas y son quizá el único oasis de consenso que al que conservadores y laboristas han llegado en este periodo pre electoral.
Características
Crossrail será un tren de cercanías de 119 kilómetros y 37 paradas. La parte que recorrerá el centro de Londres (indicada en rojo en el mapa) y la conexión con el aeropuerto Heathrow estarán soterradas. En total veintiún kilómetros de la línea estarán bajo tierra. Las veintiocho paradas restantes del trayecto irán por la superficie.
Jhon Mayor (alcalde de Londres), Gordon Brown y Lord Adonis (ministro de Transportes) mirando una maqueta de cómo quedará la ciudad con el Crossrail. |
Los trenes estarán compuestos de diez coches con tres puertas dobles por costado cada uno, los convoyes medirán doscientos metros. “Hemos tenido muy en cuenta que este tren nace para descongestionar la ciudad y estamos diseñando los trenes para que tengan la máxima capacidad posible. El interior contará también con espacios para las maletas, pensando en los pasajeros que vayan a Heathrow.”
Pasarán con una frecuencia de quince minutos y podrán trasportar a 1.500 pasajeros cada hora entre los que irán sentados y los que irán de pie. En las horas punta veinticuatro trenes darán servicio aunque “podrán ampliarse a treinta si la demanda lo requiere” , aseguró el director de Crossrail. La velocidad máxima fuera del centro de la ciudad estará “un poco por encima de los 100 km/h” afirmó Heden, y en los túneles de la ciudad alcanzará los setenta”.
En consecuencia, Crossrail disminuirá los tiempos de recorrido entre paradas considerablemente. Por ejemplo, entre Heathrow y Liverpool Station el tiempo del recorrido es hoy de 55 minutos. Cuando el Crossrail esté construido se tardarán 36 minutos. La construcción de la línea empleará a más de 14.000 profesionales.
Retos
Crossrail se enfrenta a retos considerables a lo largo de estos siete años que quedan hasta su apertura. El primero es mantenerse dentro del tiempo y el presupuesto. En segundo lugar, la ciudad tendrá que enfrentarse a siete años de obras en zonas muy sensibles. En el centro de Londres los ingenieros han ideado la zona soterrada de manera que la línea de metro roja, la Circle Line, y Crossrail circulen de manera paralela. Además, el trazado, tendrá que adaptarse a posibles cambios cuando se decida por donde pasará el tren de alta velocidad HS2 que unirá Londres con Escocia en 2026.
El tercer gran reto será el precio de los billetes en una ciudad con el transporte público más caro del mundo. Según Heden “Las tarifas del Crossrail se podrán pagar con el sistema ordinario de abonos de la Oyster Card. (la que usan la gran mayoría de los londinenses) En un principio las tarifas se regularán como el metro y el "overground" según las zonas de la ciudad y sólo tendrá una tarifa especial el trayecto hasta el aeropuerto de Heathrow”.