(14/01/2010) La recuperación de los servicios ferroviarios formará parte de un plan de desarrollo del sector, que pretende convertir a Bolivia en lugar de enlace entre puertos brasileños del océano Atlántico y los chilenos del Pacífico, declaró el ministro de Obras Públicas, Walter Delgadillo.

Aunque el Gobierno presidido por Evo Morales ya había anunciado en varias ocasiones su intención de ampliar su política de nacionalizaciones a los ferrocarriles, ésta es la primera vez que un alto funcionario pone una fecha al plan.

Privatización

"Este año vamos a recuperar los ferrocarriles, conectar el ferrocarril este-oeste, y, además, renovar la vía para que nos permita trasladar la mayor cantidad de carga posible", aseguró Delgadillo a la emisora de radio estatal Patria Nueva.

La antigua Empresa Nacional de Ferrocarriles de Bolivia, que operaba poco más de 2.500 kilómetros de vías férreas en redes independientes en la parte oriental y occidental del país, fue privatizada en 1996 por el gobierno neoliberal de Gonzalo Sánchez de Lozada. Asumió su gestión el grupo chileno Cruz Blanca, que posteriormente abandonó el negocio.

Negociación

La red oriental, la más rentable y que conecta al rico distrito de Santa Cruz con los países vecinos, Brasil y Argentina, está controlada por el grupo estadounidense Genesse & Wyoming Inc., mientras que la red occidental, que llega a Argentina y Chile, está en manos de un grupo inversor chileno, Bolivian Railways.

Delgadillo explicó que el Gobierno de Morales, que en los tres últimos años ha nacionalizado la industria petrolera y parte de la minería, se propone recuperar la propiedad de los ferrocarriles mediante "un traspaso ordenado, serio y responsable" que ya está negociando con los capitalistas extranjeros.

Cooperación china

El ministro de Obras Públicas afirmó que el gobierno tiene previsto crear una Empresa Boliviana de Ferrocarriles que conectará las dos redes, con el objetivo de facilitar el transporte de minerales de hierro que se producirán a partir del próximo quinquenio en el gigantesco yacimiento de Mutún, en el extremo suroriental del país.

El plan, que conllevaría una modernización de toda la red, costaría al menos 1.300 millones de euros, que Bolivia espera financiar con cooperación de China.

El gigante asiático está convirtiéndose en un importante socio de Bolivia, a la que vendió recientemente aviones de uso civil y se comprometió a construir y financiar un sistema propio de comunicación es vía satélite que costaría unos doscientos millones de euros.