Cookie Consent by FreePrivacyPolicy.com Un TGV en pruebas descarrila en la región francesa de Alsacia, provocando once muertos y treinta y siete heridos

Internacional:  Noticia de actualidad


El tramo en pruebas forma parte de la línea de alta velocidad París-Estrasburgo, cuya inauguración estaba prevista en 2016

Un día después del peor atentado yihadista de la historia de Francia, en Paris, al menos once personas han muerto y treinta han resultado heridas en la localidad alsaciana de Eckwersheim por el descarrilamiento el pasado sábado de un tren de alta velocidad  en pruebas en la línea París-Estrasburgo, cuya inauguración estaba prevista el próximo año. La noticia ha sido seguida este fin de semana a través del parfil de Facebook de Vía Libre.


Un TGV en pruebas descarrila en la región francesa de Alsacia, provocando once muertos y treinta y siete heridos
 
 
 

(16/11/2015) A bordo del tren accidentado en la localidad de Eckwerscheim, ubicada al noreste del Francia, próxima a la frontera con Alemania, viajaban 49 técnicos de la compañía de ferrocarriles SNCF y de otras empresas del sector ferroviario. Más sorpresa ha suscitado ver que entre los heridos hay incluso algunos niños. Son once los muertos y 37 los heridos, de los cuales doce están en estado crítico.

Las primeras hipótesis descartan que se trate de un atentado y apuntan a un "error humano" como la causa más probable del siniestro, provocado por un exceso de velocidad en un tramo de la línea aún en pruebas. La nueva línea de alta velocidad  permitiría llegar desde Estrasburgo hasta París en una hora y cincuenta minutos, frente a las dos horas y veinte minutos actuales. Algunas fuentes hablan de que el convoy circulaba a 352 km/h en el momento del accicente, un tramo en curva situado cerca del final de tramo, donde los trenes cruzan un canal sobre viaductos.

El accidente se produjo en una zona sin viviendas y el tren cayó a un canal de unos cuarenta metros de ancho bajo un puente. Toda la composición quedó fuera de las vías y la cabeza tractora y el primero de los coches quedaron semisumergidos en el canal, lo que obligó a la participación de buzos en el rescate de los heridos y los cuerpos de los fallecidos. Se trata del peor accidente desde la puesta en servicio del tren de alta velocidad francés, en 1981.