Los tráficos de viajeros en la red de los Ferrocarriles Nacionales de Egipto (ENR) se han desplomado un 87 por ciento interanual, como consecuencia de los disturbios políticos, según las cifras anuales presentadas por la autoridad ferroviaria del país.
(26/05/2014) ENR transportó 2,7 millones de viajeros en marzo de 2014, frente a los 20,7 de marzo de 2013. Los ingresos procedentes de los tráficos de pasajeros se redujeron un 34 por ciento interanual, lo que representa una pérdida de ingresos de unos 2,5 millones de euros, según el Gobierno egipcio.
La Autoridad Ferroviaria suspendió la mayor parte de los servicios el pasado mes de agosto por motivos de seguridad, tras la salida del gobierno del presidente del país, Mohamed Morsi, el pasado mes de julio. Aunque algunos servicios que conectan El Cairo con el Alto Egipto se reanudaron en noviembre, se produjeron más suspensiones temporales de tráficos en marzo de 2014 en la región del Delta del Nilo, además de en el Alto Egipto, debido a sabotajes y a la detección de paquetes sospechosos.
Electrificación
ENR gestiona una red de 5.063 kilómetros, de ancho internacional. La mayor parte de la red se centraliza en el Delta del Nilo, mientras que la mayor parte de las líneas parten de El Cairo. Además, existe una línea que discurre hacia el oeste, a lo largo de la costa, que podría conectar con Libia, como ya lo hizo durante la Segunda Guerra Mundial. Desde El Cairo parte también una línea principal hacia el sur, por la orilla este del Nilo, hasta Asuán, en el Alto Egipto. El vecino Israel utiliza el mismo ancho de vía, pero ambas redes no están conectadas desde 1948.
El ferrocarril es una parte fundamental de la infraestructura de transportes de Egipto, aunque su uso está muy limitado. Sólo 63 kilómetros de la red están electrificados: las líneas de cercanías Cairo-Helwan y Cairo-Heliopolis.
El ferrocarril había sido hasta los disturbios descritos más arriba la espina dorsal del transporte de pasajeros en Egipto.