(28/11/2013) “Esto parece mucho, pero la compañía ferroviaria se enfrenta también a numerosos desafíos”, declaró el primer ministro, Dmitry Medvedev. “Por este motivo, el Gobierno financiará parte del programa de inversión y asignará más de 6.674 millones de euros a los Ferrocarriles Rusos, pese a las restricciones en el presupuesto y las dificultades actuales”, añadió.

Medvedev afirmó que el objetivo último es eliminar las limitaciones de infraestructura que impiden el crecimiento económico, añadiendo que la capacidad actual de la red ferroviaria “es claramente inadecuada para desarrollar algunas de nuestras regiones, para garantizar la plena capacidad de tráficos de nuestros puertos y para participar con éxito en los mercados extranjeros”.

Aumento de la capacidad de mercancías

Los proyectos que acometerá RZD en nombre del Estado en los próximos tres años incluirían el aumento de la capacidad de mercancías en las rutas Baikal-Amur y Transiberiano; el desarrollo de Moscú como núcleo de transportes; la modernización de 960 kilómetros de la línea Mezhdurechensk-Taishet; y la construcción de un bypass en Krasnodar.

Más del 60 por ciento del gasto irá a parar a renovación y modernización de la infraestructura ferroviaria, especialmente, en Siberia y Lejano Oriente. RZD piensa modernizar más de 9.300 kilómetros de vía, electrificar 660, e implantar señalización por bloqueo automático en otros 245. Los pedidos de locomotoras alcanzarían las 629 unidades en 2014, y 450 en cada uno de los años 2015 y 2016.

Recortes del prespuesto

Las condiciones macroeconómicas y la reducción de la producción industrial en 2013 se tradujo en una caída del 3,1 por ciento de los tráficos de mercancías frente a 2012. Según los pronósticos, el próximo año se producirá un crecimiento del 0,4 por ciento. Como consecuencia de ello, el Gobierno ha decidido congelar las tarifas en 2014, lo que exigirá que RZD reduzca sus costes en unos 1.887 millones de euros en 2014 y en 1.778 millones de euros en 2015. El presidente de RZD, Vladimir Yakunin ha advertido que recortar el presupuesto de renovación de la infraestructura podría dañar la fiabilidad y aumentar el gasto en los siguientes años.