Los Ferrocarriles Nacionales Franceses (SNCF) afirman que ya han vendido más de 200.000 billetes de su nuevo servicio TGV de bajo coste, denominado Ouigo, que empezó a funcionar el pasado 2 de abril. La venta de billetes comenzó el 19 de febrero, exclusivamente a través de una página web especial.
(08/04/2013) Se vendieron alrededor de 30.000 billetes en las treinta horas siguientes a la activación de la web Ouigo, y hasta la fecha la página ha sido ya visitada por 2,1 millones de personas, con 7,2 millones de páginas vistas.
SNCF afirma que el 80 por ciento de los viajeros han pagado menos de veinticinco euros por sus billetes. Las familias disponen de un 20 por ciento de asientos reservados para niños menores de doce años, que sólo pagan cinco euros.
Ouigo (Ver noticia ) ofrece una filosofía muy simple: una clase, un asiento, una maleta, con el objeto de equipararse con las líneas aéreas de bajo coste. Igualmente, los pasajeros deben llegar al andén treinta minutos antes de la salida del tren para entregar sus billetes y asegurarse de que no han superado el límite de equipaje.
A bordo de trenes Euro Dúplex
SNCF que gestiona 62 servicios Ouigo a la semana entre Marne la Vallée, al este de París, Lyon, Marsella y Montpellier, ha habilitado para este servicio cuatro trenes de dos pisos Euro Duplex, que podrán transportar hasta 1.268 pasajeros por trayecto, es decir, un 20 por ciento más que un tren de alta velocidad clásico. Con esta oferta, SNCF quiere seducir al público familiar que no reside en París y, especialmente, al que sigue utilizando el coche por razones económicas.
Ouigo, que ha requerido una inversión inicial de diez millones de euros, espera ser rentable en 2017 y atraer viajeros a la alta velocidad, segmento que, este año en Francia ha visto caer su tráfico de pasajeros un 2 por ciento, hasta los 102 millones de viajeros.
Críticas de usuarios
Al igual que algunas compañías aéreas de bajo coste que operan en aeropuertos de las afueras, el hecho de embarcar en una estación periférica permitirá a SNCF conseguir ahorros del 30 por ciento en la utilización de la vía, ya que cada TGV accederá de inmediato a la línea de alta velocidad , lo que le hará ganar tiempo. Esto ha sido sin embargo criticado por las asociaciones de usuarios, que consideran que los viajeros deberán soportar costes y tiempos de trayecto adicionales, en taxi o autobús, por ejemplo, para desplazarse a la estación.