Símbolo e icono de la ciudad, es la sexta atracción turística más visitada del mundo
(04/02/2013) La Terminal Grand Central de Nueva York, coloquialmente conocida Estación Grand Central o acortando, simplemente, Grand Central, es una terminal de cercanías situada en la calle 42 con Park Avenue, en el medio Manhattan de la ciudad estadounidense de Nueva York.
Construida y bautizada por el Ferrocarril Central de Nueva York en pleno apogeo de los viajes ferroviarios de viajeros de larga distancia, hoy es la estación más grande del mundo en lo que a número de andenes se refiere: 44, con 67 vías a lo largo de ellos. Estos se encuentran en dos niveles, ambos subterráneos, con 41 vías en el nivel superior y veintiséis en el inferior, aunque el número total de vías a lo largo de los andenes y en terrenos ferroviarios anejos supera las cien. La terminal cubre un área de dioecinueve hectáreas.
Cercanías
La terminal da cobertura al ferrocarril de cercanías de Metro-North, que llega hasta los condados de Westchester, Putnam y Dutchess, en el Estado de Nueva York, y hasta los condados de Fairfield y New Haven, en Connecticut. Hasta 1991, la terminal daba cobertura a Amtrak, que se mudó a la cercana Estación Penn tras concluirse la conexión Empire.
Según una encuesta publicada por la revista Viajes y Ocio, publicada en octubre de 2011, Grand Central es “la sexta atracción turística más popular del mundo”, siendo visitada, aproximadamente, por 21.600.000 de personas anualmente.
Además de andenes, Grand Central tiene restaurantes, panaderías, establecimientos de comida al peso, quioscos, un mercado gourmet y hasta cuarenta establecimientos comerciales.
Sótano secreto
Bajo la estación se localiza un sótano secreto, conocido como M42, que contiene los convertidores de corriente continua y alterna que suministran corriente eléctrica a la estación. La ubicación exacta de M42 es un secreto muy bien guardado, aunque se ha mostrado en algún programa de televisión. Durante la Segunda Guerra Mundial, estas instalaciones se guardaron muy cuidadosamente porque se temía un sabotaje que impidiera el movimiento de las tropas.
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El vestíbulo principal es el centro de Grand Central. Mide 84 metros de largo y 38 de alto. Las taquillas se localizan en el vestíbulo, aunque muchas de ellas se encuentran cerradas tras la introducción de máquinas expendedoras. El principal mostrador de información se encuentra en el centro del vestíbulo, y constituye además un tradicional punto de encuentro. El reloj de cuatro caras sobre el mostrador de información constituye quizás uno de los iconos más reconocibles de la estación. Las cuatro caras son de ópalo. Sotheby’s y Christie’s calculan que su valor oscila entre los siete y los catorce millones de euros.
El gran reloj escultórico
Fuera de la estación, el reloj situado frente a la fachada de Grand Central, contiene el mayor ejemplo de cristal Tiffany del mundo, y está rodeado de esculturas de Minerva, Hércules y Mercurio, diseñadas por el escultor francés Jules-Felix Coutan. En la época en que se inauguró, este trío escultórico se consideraba el más grande del mundo. Mide 14,6 metros de alto, mientras que el reloj del centro tiene una circunferencia de cuatro metros.
En 1998, la restauración de Grand Central dejó al descubierto la cubierta original del vestíbulo, decorada con motivos astronómicos. La cubierta original, concebida en 1912, se reemplazó en los años treinta para corregir la escayola, que se estaba desprendiendo. Esta nueva cubierta estaba oscurecida por décadas de lo que se pensó era humo de carbón y diesel, pero, un minucioso estudio reveló que se trataba simplemente de alquitrán y nicotina del humo del tabaco.
Demolición en 1900
Entre 1899 y 1900, el edificio central prácticamente se demolió. Se amplió de tres a seis pisos, con una fachada completamente nueva. El depósito de trenes se mantuvo. Se suprimieron algunas vías que se prolongaban al sur de la calle 42 y se reconfiguró la playa de trenes en un intento de reducir la congestión y el tiempo de rotación de los trenes. El edificio reconstruido se rebautizó con el nombre de Estación Grand Central.
La construcción de Grand Central creó una especie de mini ciudad dentro de Nueva York, incluido el hotel Commodore y varios edificios de oficinas. Además, incentivó la construcción de edificios por los alrededores, incluido el edificio Chrisler.
Entre 1939 y 1964, la cadena CBS ocupó una parte importante de la terminal, especialmente sobre la principal sala de espera. Desde sus instalaciones, se retransmitieron famosos programas televisivos como el de Edward Murrow, programas que el actor George Clooney recreó en la película “Buenas noches, buena suerte”.
Jacqueline Kennedy, su salvadora
En 1947, más de 65 millones de personas, el equivalente al 40 por ciento de la población de Estados Unidos, viajó a través de Grand Central. Sin embargo, los ferrocarriles pronto cayeron en un importante declive por la competencia de las autopistas y el tráfico aéreo, fuertemente subvencionados por el gobierno.
Todo ello desembocó en planes para demoler la estación, que suscitaron una viva oposición, muy especialmente de Jacqueline Kennedy Onassis, viuda del asesinado presidente de Estados Unidos, que muchos consideran salvó a la estación y como tal figura su nombre en una placa conmemorativa de la estación. Muy poco después la estación fue declarada monumento histórico.
En 1975, el magnate Donald Trump adquirió el hotel Commodore y accedió a renovar la fachada exterior de la estación.
Grand Central ha sido escenario de numerosas novelas, películas y series de televisión como “Gossip Girl”, “El coleccionista de huesos”, “Cotton Club”, “El rey pescador”, “Hackers” y la “Casa de Carroll street”, entre otras muchas.
Enlace la estación en el cine:
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