Una de las mayores demandas de operadores ferroviarios y transportistas es conseguir aumentar la longitud de los trenes para mejorar su competitividad. Adif, en colaboración con Renfe Mercancías y Continental Rail inician esta semana la circulación nocturna de trenes de seiscientos metros de longitud que intentarán aprovechar los surcos nocturnos, sin coincidencia con tráficos de viajeros.
La terminal valenciana de Fuente de San Luís es uno de los puntos de origen y destino de estos tráficos. Foto Adif. |
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(17/12/2008) En todos los foros sobre el ferrocarril de mercancías hay una reivindicación constante por parte de los operadores ferroviarios y las empresas que entregan sus cargas al ferrocarril: es necesario contar con trenes más largos, convoyes de 750 metros de longitud. Esta medida es el estándar de los trenes de carga europeos, estando incluso desarrollándose experimentos con composiciones de un kilómetros en la red alemana y hasta de dos kilómetros (con múltiple tracción) en la red norteamericana.
La red española adolece de dos grandes lastres para el tráfico mercante internacional. Por un lado el conocidísimo problema del diferente ancho, que complica el paso de material entre la red española y el resto de la europea y, por otro, la escasa longitud de nuestras estaciones. El estándar de estación española deja una longitud libre entre piquetes de cuatrocientos metros. Teniendo en cuenta que los tráficos de cargas no tienen prioridad frente a los de viajeros, los mercantes deben limitar su longitud al espacio libre de apartado de trenes.
Este factor, que ya supone un freno para la competitividad del transporte ferroviario de cargas en cualquier itinerario, en fletes internacionales muestra su faceta más limitante. En Europa la longitud de los trenes mercantes se sitúa en los 750 metros, de tal forma que, llegados a la frontera, es preciso segregar los trenes extranjeros para circular en nuestro pais. Esto incrementa los costes de estos tráficos en los tramos españoles y merma, consecuentemente, la competitividad de la oferta ferroviaria (ya lastrada por el cambio de ancho) frente a la carretera. Esta preocupación ha sido trasladada con gran inquietud desde los operadores y cargadores a la administración central. En este sentido, el presidente del Gobierno, entre algunas de las medidas que ha presentado recientemente para combatir la crisis, ha apostado por el incremento del papel del ferrocarril en el transporte de mercancías, con especial referencia al incremento de la longitud de estos trenes. El gobierno espera aprobar antes de fin de año una serie de medidas en este sentido. (Ver noticia)
Los ferrocarriles americanos son un ejemplo de dimensiones excepcionales de los trenes mercantes. FotoIñaki Barrón. |
Un nuevo tráfico experimental.
Con todo este conjunto de circunstancias, Adif, a través de su Dirección Ejecutiva de Circulación, plantea un experimento piloto para dar una posible alternativa, de fácil e inmediata aplicación y bajísimos costes de ejecución. Así, con la colaboración de Renfe Mercancías y Continental Rail, se ha iniciado la circulación, en el corredor Madrid-Valencia, de composiciones mercantes de seiscientos metros de longitud. Estos trenes deben cubrir este trayecto de 470 kilómetros sin paradas, a una velocidad de cien kilómetros por hora, con salida en torno a las 22,00 horas de Madrid y Valencia, y llegada a destino antes de las 05,00 , esquivando los momentos de final e inicio de los tráficos de cercanías así como las salidas de los primeros trenes de otros servicios de viajeros.
Renfe explota este corredor desde hace varias décadas. Foto Amg. Tranvía Portal |
Continental Rail debutó en España precisamente con el tráfico de contenedores entre Valencia y Madrid. Foto Powell-Tranvía Portal |