(04/11/2008) El puerto de Escombreras, perteneciente a la Autoridad Portuaria de Cartagena, es un importante generador de tráficos de cargas por ferrocarril. Básicamente hay un elevado tráfico de graneles de construcción con destinos al centro del país que encuentra en el ferrocarril el mejor modo de transporte. La previsión es que éstos aumenten, por lo cual el ente gestor del puerto ha iniciado las obras para dotar a estos muelles de conexión a la red nacional.

Vista del puerto de Escombreras. A la derecha se ven los nuevos muelles, todavía en construcción

El proyecto consiste en un nuevo ramal que se desgaje de la red en la zona industrial y trace su camino, harto complejo, entre los viales y las plantas petroquímicas existentes, hasta llegar a los nuevos muelles en fase de terminación. Éstos están situados en el extremo sur de la zona portuaria, desde la Punta Aguilona hasta el islote de Escombreras, que ahora queda casi envuelto por los nuevos muelles y espigones. El ramal tendrá en total 3,4 kilómetros de longitud y su coste total será de 14,8 millones de euros.

Dos autoridades con competencias ferroviarias

De los tres kilómetros y medio del nuevo ramal, 2,7 discurren por terrenos propios de la Autoridad Portuaria de Cartagena, mientras que los setecientos metros restantes se inscriben en terrenos cuya competencia, en el ámbito de proyecto, corresponde a la Dirección General de Ferrocarriles. Esta diferencia de longitudes reparte los costes de inversión en un 60 por ciento para el ente portuario y el 40 restante para la Dirección General de Ferrocarriles, es decir, 9,7 millones de euros para el puerto y los 5,1 restantes para el órgano ferroviario del Ministerio de Fomento.

El proceso administrativo ya se ha resuelto para el tramo correspondiente al puerto, pero el tramo correspondiente a la administración central sigue un ritmo mucho más pausado que, según el puerto, retrasa la futura puesta en marcha del ramal. En cualquier caso, la autoridad portuaria cartagenera ha decidido adelantar plazos y así ha adjudicado la pasada semana a Ferrovial, por 622.000 euros (sobre un presupuesto de licitación de 1.003.500 ) el tramo II de este futuro proyecto. Este tramo implica también el desdoblamiento de la N-343 en su travesía por el puerto. 

Un trazado complejo

El Valle de Escombreras es un espacio en el cual se combinan unas instalaciones portuarias dependientes de la Autoridad Portuaria de Cartagena, y un vasto polo industrial basado en la industria petroquímica. Hacia este valle se tendió, en 1958, un ramal de trece kilómetros que sale casi de las agujas de la estación de Cartagena.

El ramal actual, tras atravesar toda la zona industrial, hacia cuyas plantas dispone varios apartaderos (de Repsol Butano, Repsol Petroleo y Fertiberia), penetra en la zona portuaria con dos ramales. Uno de ellos, tras atravesar el Cerro de la Campana por un túnel, penetra en el polígono industrial de Fertiberia. Ese ramal está hoy fuera de servicio. El segundo ramal baja hacia el muelle Príncipe de Asturias, donde los barcos descargan actualmente los graneles directamente al muelle para ser cargados con palas hacia las tolvas ferroviarias.

El ramal que ahora comienza a ejecutarse baja hacia un angosto pasillo entre el muro que confina unos depósitos de Repsol y el trazado de la N-343 hasta llegar, finalmente, hasta la nueva terminal de graneles sólidos. El trazado desde la aguja de desvío hasta el ingreso en la zona portuaria es de setecientos metros. En esta terminal se ha proyectado un haz de tres vías, de 490 metros de longitud, con una vía de mango de veinticinco para poder liberar las locomotoras. Pero, además de esta pequeña playa, en el punto kilómetroco 2,6 del nuevo ramal se ha previsto otro desvío para dar acceso ferroviario a la futura terminal polivalente. Este ramal tendrá una configuración similar de playa al anterior.

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Este trazado tendrá una pendiente máxima de quince milésimas a lo largo de 857 metros, coincidentes con su tramo inicial. Será precisa la construcción de cinco pasos a nivel (sólo uno afecta a una carretera pública), los cuales contarán con semibarreras de accionamiento automático. La alta densidad viaria y de instalaciones es la que ha forzado estos pasos, como también el relativamente alto nivel de obras de restitución de afecciones y servidumbres, sobre todo a instalaciones de la empresa Repsol. No es una circunstancia menor: la resolución de estos problemas ocupa el 42 por ciento del total del presupuesto (repartidos al 50 por ciento entre la zona portuaria y la exterior).

Previsión de tráficos

Las nuevas dársenas esperan alcanzar un movimiento entre 7 y 8 millones de toneladas, de las cuales  entre 1,2 y 1,8 millones de toneladas serían movilizables hacia el interior peninsular por ferrocarril. En el presente ejercicio las previsiones de tráfico son de algo más de un millón de toneladas. La mayor parte son de cemento con destino a cementeras, como la de Noblejas en Toledo. Pero también hay tráficos expectantes, como hacia una cementera en Villasequilla, hacia Ciudad Real, o unos transportes de mármol hacia el puerto procedentes de un previsto centro de concentración de la producción de mármol en la estación de Calasparra (Murcia). Esta estación perderá su tráfico de viajeros en breve tras la construcción de la variante de Camarillas.