La ferroviaria villa burgalesa de Miranda de Ebro ha dedicado una semana a celebrar la tradición ferroviaria local. Impulsada por el “Museo del Ferrocarril III Generaciones”, este ciclo de actos quiere impulsar la cultura ferroviaria local, reivindicar la creación de un museo ferroviario y propiciar el encuentro de mirandeses y visitantes en torno al eje crucial de la historia local: el ferrocarril.
Carpa situada en el andén de la estación de Miranda de Ebro, donde se srivió la puchera ferroviaria |
||
(16/06/2009) La pasada semana, entre los días 8 y 13 de junio, se han desarrollado en Miranda de Ebro una serie de actos enmarcados en la “Segunda Semana Cultural Ferroviaria Miranda de Ebro, memorial Julio García Ruíz”. El promotor de esta iniciativa ha sido Julio García Mendoza, ferroviario mirandés que se ha embarcado en una cruzada personal, con el apoyo de algunos mirandeses, para que Miranda no pierda su arraigo ferroviario.
De unos años a esta parte esta villa burgalesa ha creado múltiples focos de actividad que, sumado a la progresiva pérdida de actividad de este nudo ferroviaria (por remodelaciones de red y mermas en la plantilla fruto de la modernización de instalaciones), hacen que la presencia del ferrocarril se diluya un tanto y pierda el protagonismo que tuvo antaño y que llegó a ser la principal razón de ser de esta localidad límítrofe con el País Vasco.
Los actos de esta semana cultural han tenido una de sus sedes en el centro cultural de la Caja de Burgos en Miranda. En su salón de actos se han desarrollado proyecciones cinematográficas (“La Bestia Humana” y el documental “Caminos de Hierro”) conferencias sobre la vía estrecha española, a cargo Juanjo Olaizola, director del Museo Vasco del Ferrocarril; sobre la historia del Talgo, por el historiador Alfonso Marco.
Este ciclo de conferencias se cerró con una mesa redonda sobre los medios de comunicación y el ferrocarril, con Fernando Fernández Sanz, veterano redactor de Vía Libre y autor de numerosas obras del ferrocarril; Angel Maestro, consagrado estudioso del material móvil ferroviario; Francisco Martínez, director de la revista “Carril”; Miguel Jiménez, redactor de Vía Libre; siendo moderados por Juan Carlos Casas, periodista especializado en material ferroviario.
Exposición filatélica ferroviaria |
Previamente a este ciclo, este mismo centro de la Caja de Burgos, cedió sus locales para una exposición filatélica centrada en el tema ferroviario, organizada por la Peña Filatélica Mirandesa y el Museo del Ferrocarril III Generaciones, en la cual se mostraron cinco colecciones de sellos, procedentes de toda España, con diversas temáticas ferroviarias.
Los actos terminaron con una comida de hermandad. Y si bien la semana ferroviaria celebraba su segunda convocatoria, esta comida se celebraba por séptimo año consecutivo. Tanto el marco como el contexto de esta comida no podría ser más ferroviario. La comida se celebró en los propios andenes de la estación, y la comida consistió en una clásica “olla ferroviaria”.
Este tipo de guisos, cocinado en una cocina portátil de carbón, la “puchera”, como también es conocida, es una tradición muy vinculada al Ferrocarril de La Robla. En esta línea los maquinistas e interventores solían aprovechar el carbón y los rescoldos de la caldera de las locomotoras de vapor, o incluso el propio vapor de la máquina, para preparar sus guisos, que cogían su punto especial con el traqueteo del tren. Esta tradición se conserva con mucha fuerza en localidades “robleras” como Valmaseda o Mataporquera. Precisamente de esta última localidad cántabra bajaron los expertos “olleros” de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Mataporquera" para preparar el guiso para más de doscientas personas, con agua traída ex profeso de su propia tierra.
Museo del Ferrocarril III Generaciones
Julio García Ruiz fue el ferroviario, ya fallecido, que tiempo atrás inició una labor de recopilación de piezas y objetos ferroviarios, tradición que siguió con mayor ahínco, si cabe, su hijo, Julio García Mendoza, que continuó tanto la tradición ferroviaria (es responsable de aprovisionamientos del taller de material remolcado de Renfe Integria en Miranda), como la de aumentar la colección iniciada por su padre. La tercera generación es el hijo de Julio, todavía un niño, en el que su padre ha puesto la ilusión de mantener esta colección.
Las ollas preparando el guiso para los 200 comensales |
Interior del Museo Ferroviario III Generaciones |
Más de 2.000 piezas pequeñas y de medio formato conserva este ferroviario en un pequeño piso de su propiedad en Miranda, de sesenta metros cuadrados, dedicado en integridad a acoger su pequeño museo. Ha creado espacios diferenciados por especialidades ferroviarias, englobando tanto material de las antiguas empresas ferroviarias de vía ancha, de Renfe y de las empresas de vía estrecha, preferentemente de la zona norte española.
Esta espectacular colección a duras penas se muestra en el angosto espacio en el que se le ha dado acogida, y Julio apela desde hace varios años a todas las instituciones a su alcance para que le cedan un local donde pueda exponerla con dignidad y donde puedan ser visitadas por cualquier persona con plena libertad.