Hasta Abril de 1992, Linares ha sido la puerta grande para el ferrocarril andaluz. La línea procedente de la meseta se abría en abanico hacia las provincias andaluzas al tiempo que una importante red local convertían a esta comarca en una de las más densamente tramadas por ferrocarriles de toda España.
(20/09/2005) Linares no es Linares, que es un segundo Madrid. ¿Quién no ha visto por Linares pasar el Ferrocarril?", Este dicho popular linarense no era ni mucho menos gratuito, la ciudad servía como punto de referencia a una tupida malla de ferrocarriles que hacían difícil no despertarse con el resoplar de locomotoras o no cruzarse con vías férreas.
Vía Estrecha
Pero al margen de estos ferrocarriles, y al calor de la riqueza minera de la zona surgió una densa malla ferroviaria de líneas de vía estrecha, de carácter local y minero que sobrevivieron hasta los años 60.
Eran conocidos como los "tranvías", y surgen a principios de siglo, en 1904 las primeras líneas. Una de ellas, de tracción eléctrica y explotación tranviaria clásica, iba desde Linares a la Estación. de Baeza. Con un recorrido más corto y más veloz debido a la tracción eléctrica, fue: la que hipotecó el futuro del ramal del Sur a la Estación de Almeria.
Al mismo tiempo, se puso en marcha otra línea muy distinta. Esta surgía en una estación aledaña a la de Andaluces y se dirigía a la cercana, 29 kms., localidad de La Carolina pasando por las minas de La Tortilla en una estación conjunta con Andaluces, la mina de Los Salidos y otras pequeñas minas. En su ascenso llevaba traviesas para entibar las minas y carbón para alimentar las máquinas de ventilación de las galería y los motores de las cabrias (grúas de las minas) y en el descenso acarreaba minerales que transbordaba a las otras empresas ferroviarias en Linares. En esta línea se explotaba un servicio diario de viajeros con un tren mixto con un solo coche de viajeros y, en fechas especiales, se fletaban largos convoyes de coches repletos de viajeros que acudían a las fiestas locales de Linares. Construida con capital belga, estuvo en servicio hasta su cierre en 1955, una víctima más del declive minero de la comarca.
Ese mismo año se inauguró otro tranvía de características bien distintas, el "tranvía minero", que recorría la comarca minera (en las proximidades del ramal de MZA a Los Salidos). El rasgo especial de esta línea era su carácter de tren obrero, destinado a llevar a los mineros desde Linares hasta las distintas minas, evitándoles los largos recorridos a pie desde la ciudad. No prestaba por lo tanto servicios regulares de pasajeros ni mercancías de tipo convencional.
La última gran línea de vía estrecha de la zona es conocida por los lugareños como el "Tranvía de La Loma". Desde la estación de Baeza se aventuraba hacia levante, buscando las pujantes localidades de Úbeda y Baeza. Este tranvía efectuaba un recorrido común hasta la estación de La Yedra, desde donde se bifurcaba hacia las dos localidades referidas más arriba. Con características de ferrocarril convencional, para transporte de viajeros y con tracción eléctrica, tenía la estación de origen aledaña a la de Linares-Baeza. Para acceder a ella tenía que efectuar un gran rodeo. Con el fin de evitar esto se construyó una nueva estación subterránea bajo la estación de vía ancha, conocida en la zona como el "metro" de Linares. Con apariencia de estación de metropolitano, nunca llegó a entrar en servicio por problemas de gálibo de la caverna. Esta estación hubiera facilitado el enlace con el tranvía que provenía de Linares. Su último destino conocido fue el de criadero de champiñones. La línea de la Loma también construyó un ramal al pueblo de Ibros, pero también la falta de gálibo en un túnel imposibilitó la puesta en servicio del ramal. Explotado por el Estado desde 1936, fue cerrado definitivamente al servicio en 1966, aunque los carriles permanecieron colocados hasta hace apenas 10 años.
Otro último proyecto fallido pudo haber consagrado la importancia ferroviaria de Linares. Me refiero al nonato ferrocarril Baeza-Utiel. Desde Albacete se realizó todo el trazado, con túneles, viaductos, estaciones, e incluso vía tendida con circulaciones de pruebas en algunos tramos. La estación de Linares-Baeza era el fin previsto para esta línea. Para facilitar el acceso de los trenes en sentido Andalucía, la vía efectuaba un gran arco en tomo a la estación para situar el enlace con la línea general en el lado Madrid de la estación, evitando así las maniobras de enganche y desenganche para el cambio de sentido de marcha. Todo esto como es sabido se malogró y hoy nos queda como mudo testimonio un impresionante viaducto en curva sobre el río Guadalimar que nunca ha soportado el peso de un tren.
Queda hoy la estación de Linares- Baeza, venida a menos desde la apertura de la línea AVE y testigo de las sombras que se ciernen sobre la línea que desde allí se dirige hasta Moreda, y aún se conserva en perfecto estado la estación de Linarejos, siendo utilizada por el Ayuntamiento para actividades culturales. Este balance es menos optimista para la estación de San José o de Almería, de la que solo resta el esqueleto del edificio, abandonado y convertido en escombrera local, en espera de un destino más digno, merecido por su belleza. Del resto de las estaciones sólo quedan los recuerdos de las gentes. Entre ellas los de Don Juan Sánchez Caballero, Cronista de la Villa, auténtica memoria viva del devenir de Linares y magnífico colaborador para la realización de este artículo.